Disculpas para AMLO

Ciudad de México /

Exijo una disculpa pública por parte de los periodistas mentirosos que, hace seis años, se encargaron de sembrar el odio y el miedo hacia el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

¿Por qué? Porque gracias a ellos el periodismo mexicano vive una de las peores crisis de credibilidad, respeto y popularidad de toda su historia.

Porque gracias a ellos mucha gente piensa que todos los que trabajamos en esto somos unos corruptos que sólo opinamos cuando nos tiran línea o cuando nos pagan por debajo del agua.

Y porque no se vale que utilicemos el privilegio de contactar con tantísimas personas para mover agendas, engañar o manipular.

Tan delicado es que un comunicador mienta como que un médico asesine, como que un sacerdote viole o como que un policía robe.

Si vamos a dedicarnos a esto, vamos a hacerlo bien. No estamos jugando. Hagámonos responsables de nuestras palabras.

Independientemente de lo que pudiera y debería suceder en términos legales y laborales, quiero ver, oír y leer esas disculpas ya.

Lo bueno es que ahí está la hemeroteca. Lo bueno es que ahí están los “testigos” de radio y televisión. Y ni hablemos de las huellas digitales porque entonces sí no acabamos nunca.

¿Dónde están esos profesionales de la comunicación que hace seis años afirmaron que AMLO había llegado al poder para convertirse en un dictador y que se iba a reelegir hasta el cansancio?

¿A dónde se fueron esos líderes de opinión que al final del sexenio de Enrique Peña Nieto anunciaron, con un imperdonable nivel de discriminación, que nos íbamos a convertir en Venezuela?

¿Qué nos dicen ahora todos esos expertos que juraron en 2018 que en cuanto López Obrador se hiciera presidente el peso se iba a devaluar muchísimo y que nuestra economía se iba a transformar en una desgracia?

¿Qué pasó con esos afamados informadores que aseguraron en prensa escrita, radio y televisión que don Andrés Manuel jamás terminaría ni el AIFA, ni el Tren Maya ni nada de nada?

¿Dónde están esos doctos analistas que señalaron que el dinero no le iba a alcanzar a AMLO para pagar tantos programas sociales, que iba a endeudar al país y que nos iba a llevar a la ruina?

¿A dónde se fueron esas mujeres y esos hombres que se esforzaron tanto en explicarnos, desde su infinito poder mediático, que Los Pinos jamás se iba a convertir en un complejo cultural y que era imposible que el presidente despachara desde Palacio Nacional?

¿Quiere que le recuerde todo lo que se dijo de nuestras exportaciones, de nuestras relaciones con Estados Unidos y del Estado Mayor Presidencial o prefiere que hablemos del aeropuerto de Texcoco, de la Guardia Nacional o de la revocación de mandato?

Aquí puedo estar todo el día porque la cantidad de barbaridades con la que esa gente nos bombardeó durante tantísimo tiempo fue alarmante y, lo peor de todo, como se trata de personajes famosos, sus palabras fueron potenciadas a niveles alucinantes por las redes sociales.

¡Qué ganas de boicotear un proyecto de nación! ¡Qué manera de hacerle daño al pueblo de México!

Lo que quiero saber es cuáles van a ser las consecuencias de todo esto porque una cosa es la libertad de expresión. Otra, la irresponsabilidad.

Y otra, todavía peor, hacerlo por órdenes superiores, porque hubo dinero de por medio o simple y sencillamente haberlo hecho a sabiendas de que estaba mal, por abuso, por egolatría.

¿Cuál va a ser el castigo para esa gente? ¿No les van a decir nada sus jefes? ¿No va a pasar nada? ¿En serio?

Yo exijo una disculpa pública primero, para Andrés Manuel López Obrador. Después, para las audiencias y los anunciantes. Y por último, para el resto del gremio periodístico. ¿O usted qué opina?


  • Álvaro Cueva
  • alvaromilenio5@gmail.com
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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