Me preocupa que 2020 haya iniciado con un ataque de Estados Unidos a Irak, pero me preocupa todavía más la irresponsabilidad de muchos medios y redes sociales que están jugando con esto.
¿Me creería si le dijera que llevan días bromeando con este asunto y utilizando hashtags como el de “Tercera Guerra Mundial” para llamar la atención?
¡Bueno, pues qué tienen en el alma! ¿No se dan cuenta de lo que están haciendo? No, y espérese. Estos delincuentes de la información, en la cúspide del horror, ya está ridiculizando la posición de México ante este conflicto con memes que nos pintan como lo peor del universo.
En el remoto caso de que usted no sepa lo que está pasando, por aquello de las vacaciones, déjeme lo pongo en antecedentes: Estados Unidos atacó cinco bases proiraníes en territorio sirio e iraquí. En Bagdad, las reacciones no se hicieron esperar y hubo ataques a la embajada estadunidense.
El 3 de enero, Estados Unidos respondió atacando a Irak para proteger a su personal e impedir que las cosas empeoraran. En el ataque murió Qasem Soleimani, un general muy importante de Irán. Algunas fuentes comparan su poder con el de un vicepresidente.
Imagínese el clima de tensión porque Donald Trump está en “campaña” y porque la zona afectada no es de las que se quedan con los brazos cruzados.
Esto no es nuevo y nos remite a un montón de situaciones. ¿Cuál sería la diferencia entre éste y otros conflictos? La comunicación.
Lo peor que había pasado con las guerras, en términos mediáticos, tenía que ver con las transmisiones en vivo, con la muy delicada transformación de estos eventos, que son terribles, en espectáculos donde las audiencias se sentaban a ver bombardeos como si se tratara de videojuegos o de partidos de futbol.
Ahora, con las redes sociales, las fake news, la posverdad, los bots, los intereses de mil instancias, la posibilidad que tiene cualquier persona de subir lo que quiera y la irracionalidad propia de todo este vértigo, quiero que se dé cuenta del giro que está tomando esta nota.
Lo que podría ser un evento tan monstruoso como la Guerra del Golfo fue y vino en cuestión de minutos, perdió su verdadera dimensión para convertirse en una estrategia de campaña, cayó en impacto hasta transformarse en algo chistoso y dejó de ser importante para ubicarse, en tendencias, por debajo de los problemas personales entre dos figuras del espectáculo nacional como Belinda y Daniela Luján.
Y mientras esto pasaba, no faltó el que organizó una tercera guerra mundial con ejes, aliados y un México ridículo, patético, para que la autoestima nacional, que ni vela jugaba en este entierro, terminara de desplomarse nomás porque sí.
¿Para eso nos quejamos durante tanto tiempo de los medios tradicionales? ¿Para eso queríamos redes sociales? A lo mejor el problema no son los medios. A lo mejor el problema no son las redes sociales. A lo mejor el problema somos nosotros que estamos desaprovechando la oportunidad histórica de comunicarnos mejor.
Esto es imperdonable. ¿Pero sabe qué? Se va a poner peor. Deje que comiencen las reacciones a lo del 3 de enero. Deje que la irresponsabilidad de tantas personas tenga sus verdaderas consecuencias. ¿O usted qué opina?
alvaro.cueva@milenio.com