¿Sabía usted que mientras las multitudes se están peleando por cuestiones extrañísimas hay grandes movimientos editoriales extendiéndose por todo el país como en el caso del hashtag #EsElla?
¿Qué es esto? Una avalancha de mensajes de apoyo a Claudia Sheinbaum y yo ya no sé cuál me conmueve más, si los que la llaman “Tía Claudia” o los que están hechos con animaciones.
Aquí está pasando algo que jamás había ocurrido o que jamás había ocurrido así.
¿Por qué le estoy escribiendo esto? Porque me acabo de encontrar en redes con un auténtico “spot” que ya lo quisieran en muchos lados.
Yo lo llamo “Primeros pasos” y urge que lo analicemos por todo lo que implica. Por favor tome nota:
La cámara abre sobre los pies descalzos de un bebé aprendiendo a caminar. La voz de una locutora dice: “hay primeros pasos”.
De ahí nos vamos con una niña despidiéndose de su mamá para entrar, suponemos que por primera vez, a una primaria pública. El texto señala: “pasos que cuestan”.
La siguiente escena es la de un niño lanzándose al agua para nadar, emocionado, como si jamás lo hubiera hecho. La narradora aclara: “y pasos que nos hacen crecer”.
Todo es muy poético, con excelente música de fondo, principalmente de violín y batería, una producción de primera.
¿Qué sigue? Grupos de personas de nuestros pueblos originarios danzando que se ligan con una bailarina de ballet y con adultos mayores ejecutando bailes de salón.
Los escenarios evocan distintas geografías. No hay manera de ver eso y de no emocionarse. El audio afirma: “Hay pasos que nos unen, que nos alegran”.
Inmediatamente vemos a una pareja de adolescentes caminando por el bosque, a una muchacha aprendiendo a andar en bicicleta al lado de un lago. La música crece. El discurso evoluciona y marca: “(hay pasos) que nos alegran, que nos acompañan”.
Y justo cuando la locutora exclama: “¡Hay pasos que no se olvidan nunca, que se dan por amor!” vemos a dos mujeres casándose.
El acento siempre ha estado en los pasos, en los zapatos, en los pies. Es como una película.
¿Qué sigue? Los pasos de una mujer embarazada entrando a lo que suponemos es una maternidad y el audio: “(hay pasos) que nos cambian para siempre”.
Vemos huellas en la arena del mar, a alguien caminando en tenis por un parque, con zapatos de vestir por la ciudad, subiendo escaletas, paseando perros, pies descalzos en un muelle, los pies de una persona con discapacidad, en el mercado, en patineta.
¿Qué dice la narradora? “Hay muchos tipos de pasos pero lo más importante es que sean siempre para adelante”.
Para este punto del cortometraje, uno está cautivado y descubrimos a varias mujeres que son las que han estado tocando el violín y la batería todo este tiempo.
Es un momento de gran sorpresa, como de destape, en donde la locutora subraya: “Con ella un paso más hacia la transformación”.
Todo este texto aparece escrito en la pantalla mientras vemos a una persona del campo dando precisamente un paso más y luego a una multitud urbana haciendo lo mismo. Fin del mensaje. Impacto total.
¿Qué le pareció? Yo lo amé porque es inteligente, sensible y positivo. Nada de confrontaciones, de miedos ni de odios. Es unidad y no falta nadie.
Que si queremos adultos mayores, tenemos adultos mayores. Que si queremos diversidad sexual, tenemos diversidad sexual. Que si queremos personas con discapacidad, tenemos personas con discapacidad.
Y está el arte, y está la juventud, y están los bien vestidos, y están los pueblos originarios. ¡Qué precisión! Pero, lo más interesante, qué manera tan más sutil de presentarnos a alguien sin mencionarlo y de darle continuidad a un proyecto de nación.
¡Qué manera tan más brillante de marcar los primeros pasos de una figura!
Me sentí como con los primeros “spots” de Morena. ¿Se acuerda? Me sentí como cuando María Rojo y Héctor Bonilla salían hablando del “cambio verdadero”. Me encantó.
Yo no tengo bola de cristal para adivinar lo que va a pasar mañana, pero ésta es la ruta perfecta para el éxito, una suerte de laboratorio social, de experimento digital.
No sé quién lo hizo, cómo lo subió ni nada de nada pero de que funciona, funciona, y se suma a todo lo que muchos estamos viendo en redes con el hashtag #EsElla. ¿A poco no? ¡Felicidades!
Álvaro Cueva