Para ti Ricardo Rocha, ya la comentaremos algún día
Terminó el México de ensueño. No más pajarillos cantando en nuestras ventanas ni cielos con sol y arcoíris para acompañar el regreso a casa. Se acabaron los conejitos esponjados siguiéndonos por todos lados con brinquitos suaves y delicados. Flores y mariposas. A partir de hoy le parecerán sutiles y hasta tiernos los discursos más ofensivos del Presidente hacia la Suprema Corte, hacia toda institución, hacia todo organismo autónomo, hacia la clase media, hacia las mujeres, hacia lo que sea, hacia cualquiera.
Añorará los pleitos con los países vecinos y las alabanzas a los dictadores. Le parecerán entrañables las rabietas, los rencores y los resentimientos. Recordará los “otros datos” con candor y nostalgia. Evocará con melancolía la violencia con la que cualquier comentario era recibido en redes, la falta de respeto a las opiniones contrarias y la falta de verdad y hasta la mentira con la que nos respondía el Gobierno. Se acabó. El domingo con la elección del Estado de México, el México del encanto se terminó. Y si acaso usted es de los que piensa que no, que no era ni sublime ni encantador ese México que describía, que era un horror, prepárese, porque a partir de hoy será peor.
Hoy arranca la última carrera. La última vuelta del sexenio. El último año. La elección en el Estado de México sirve como un banderazo de salida para la sucesión presidencial y la construcción de la narrativa del legado presidencial. Aunque digan que no, la elección del Estado de México sí fue un laboratorio. Eso sí, no imaginemos un lugar pulcro y científico donde se ponen a prueba discursos y estrategias que luego servirán como punto de partida en la elección presidencial, pensemos más bien en un laboratorio de fentanilo.
Todo se vale, no hay ley que se acate y mucho menos que resista. El dinero llega por todos lados. Dan igual los discursos, se ponen a prueba todas las mapachadas y marrullerías. Se pone a hervir la elección de Estado y se troquela el triunfo. Todo funcionó, por eso le digo, prepárese para lo peor, ahora va en grande. Todo lo que se hizo, se hará con proporciones incalculables. Es más, se subirá el tono y se hará más.
Por parte de la oposición hay más caballos que cajas de salida y, después de lo de ayer, todos andarán desbocados (en todos los sentidos en que un político puede estar desbocado). El laboratorio para ellos fue un tremendo golpazo, sus lecciones son bajar la vanidad y soberbia de la fórmula y entender cuál es la pista, cuál es la causa y por qué tienen que correr ¿Por fin lo harán?
Si lo anterior no sucede nos llevará a concluir que la encuesta de Morena para elegir corcholata se convertirá en algo mucho más grande que eso. Será la elección presidencial adelantada. Una carrera entre dos. Claudia y Marcelo (para qué hablamos de Adán, es tan solo relleno democrático). Ella, la que el Presidente quiere que sea porque es obediente. Él, el que hasta los que no son de Morena dicen que es el que debería de ser.
Esta es la última oportunidad para la oposición. O compiten con sentido de grandeza o no llegan al 2024 y pierden la presidencia desde este año.