Politizando

Ciudad de México /

La tradición es poner una cruz de madera llena de adornos de colores entre los andamios; en lo más alto de la obra. El patrón paga por el mole o los pollos rostizados, el arroz, las tortillas y, con un poco de suerte, hasta paga el alcohol y la música; se trabaja tan solo medio día y de ahí se sigue la fiesta. Apartad de mí todo peligro de muerte, Santa Cruz de Jesús. Preservadme de todo peligro corporal y accidente corporal, Santa Cruz de Jesús. Tres de mayo, “Día de la Santa Cruz”, “Día del Albañil” —desventurada coincidencia, terrible designio— tres de mayo: “Día en que se cayó el Metro de Ciudad de México”, “Día en que colapsó la estructura de la Línea 12 del Metro”, “Día en que la Línea Dorada se tornó en hojalata”.

Después de 24 años gobernando la ciudad, este 3 de mayo será recordado como el día en que este gobierno se quedó sin minoría rapaz, sin neoliberales a los cuales culpar y también sin excusas.

Este3 de mayo será recordado como el día en que este gobierno se quedósin excusas

“No politizar la tragedia”, ha repetido sin tregua nuestro gobierno y sus seguidores más fervientes; por ello, antes de que a este texto se le intente clasificar de otra manera, lo enuncio: eso es precisamente lo que este escrito intenta lograr: politizar. En sus dos acepciones: la primera, dar orientación o contenido político a lo que parece no tenerlo; y la segunda, inculcar en aquel que no ha reparado en ello, una conciencia política. La tragedia no se puede quedar en el primer acto, ese en el que sufren los que no tienen culpa. Es responsabilidad de los ciudadanos politizar su diario acontecer, más aun teniendo una votación en puerta. Politizar. Analizar los hechos, hacer una simple suma o resta y decidir si premia lo que el gobierno hace o si se castiga.  Y es que sí, los ciudadanos también pueden mandar “al carajo” a sus gobernantes, basta con que depositen su voto en la urna.

Habrá que esperar el peritaje, ni duda cabe; sin embargo, hay cosas para las que no se requiere un perito. No es necesario que nadie nos diga que este gobierno ha recortado los gastos de mantenimiento en el Metro y en muchas cosas más; ya vimos los números y ellos mismos lo pregonan. El aeropuerto más barato, la refinería más barata, ¿el Metro más barato? Tampoco es necesario que un perito nos confirme que el Presidente no se presentó en la zona de la tragedia, él mismo dijo que no se prestaría a sacarse una foto en la zona; curiosa respuesta cuando nadie pidió que lo hiciera, tan solo que fuera. Que mirara con carne propia el desastre y la tristeza. ¿Que visitara a un herido en el hospital? ¿Que abrazara al familiar de un fallecido? Sin fotos, sin cámaras.

¿Por qué no lo hizo? Porque desde esa misma noche se politizó la tragedia. No, señor Presidente, que no lo asocien con la tragedia, siempre con cosas buenas, —alguien debió decir—. Por eso mismo se habló tan mal de los medios ese día. No para cambiar el tema, sino para tratar de desprestigiar y menospreciar la evidencia que sabían que les caería encima.

Negligencia, incapacidad y soberbia aunadas al defecto principal de nuestro gobierno: invertir en la pobreza, sin jamás pretender acabar con ella. Así que politice usted también esta tragedia. Tiene la cruz de madera que dejaron los albañiles y las 24 que se sumaron esta semana. Solo se necesita una para cruzar la boleta. _

Ana María Olabuenaga


  • Ana María Olabuenaga
  • Maestra en Comunicación con Mención Honorífica por la Universidad Iberoamericana y cuenta con estudios en Letras e Historia Política de México por el ITAM. Autora del libro “Linchamientos Digitales”. Actualmente cursa el Doctorado en la Universidad Iberoamericana con un seguimiento a su investigación de Maestría. / Escribe todos los lunes su columna Bala de terciopelo
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