Conciliación trabajo-familia

Laguna /

Hasta hace algunos años atrás, las personas salían de su lugar de trabajo, iban a casa y dejaban atrás su actividad laboral. 

En la mayoría de los casos el lugar de trabajo y las horas dedicadas a aquél estaban definidas con claridad al tiempo de existir una estricta división entre el empleo y las actividades no laborales. 

Además, las y los trabajadores tomaban sus días de descanso sin computadoras portátiles, teléfonos inteligentes ni servicios de Internet. 

En los tiempos actuales, y derivado de los vertiginosos avances en las tecnologías de información y de comunicación, la realidad laboral ha cambiado de modo significativo, provocando que hoy las y los colaboradores estén en guardia permanente; es decir, a la disposición del patrón a cualquier hora y en cualquier lugar. 

La demanda de que las y los colaboradores estén disponibles en todo momento ha comenzado a reconocerse como una circunstancia potencialmente peligrosa para la salud de los trabajadores y violatoria a sus derechos humanos.

La conciliación trabajo–familia en una universidad jesuita suele abordarse desde una perspectiva que combina la excelencia profesional con un fuerte compromiso humanista, ya que las instituciones confiadas a la Compañía de Jesús se rigen por la formación integral, donde la gestión se orienta por el principio de cura personalis, es decir, el cuidado integral de cada persona y la búsqueda del bien común.

Esto implica reconocer que todos los y las colaboradores tienen múltiples roles dentro de la Institución, por lo que la conciliación trabajo–familia no es solo un beneficio laboral, sino un elemento ético y formativo. 

Lo que distingue a una universidad jesuita de otras es que la conciliación no se concibe solo como un tema administrativo o legal, sino como parte de su espiritualidad, su carisma y su ética organizacional, todo ello para el bienestar y el desarrollo de sus colaboradores y para maximizar la capacidad de aportar a la misión universitaria.

Promover la conciliación es una forma de coherencia, en una organización de cualquier tipo o tamaño, con el respeto por la dignidad humana. 

Cuando se ofrecen ambientes laborales que posibilitan el equilibrio vida-trabajo, se fortalece la cultura organizacional, mejora el clima laboral, crece el compromiso del personal, previene el agotamiento profesional, se incrementa la satisfacción laboral y se consolida una organización más solidaria. 

En síntesis, la conciliación trabajo–familia, no solo debe ser una política laboral, sino una expresión de la identidad organizacional y del cuidado integral de la persona.


andres.rosales@iberotorreon.mx

  • Andrés Rosales Valdés

LAS MÁS VISTAS

Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.