“Cineclub en casa” presenta: Wim Wenders

  • La pantalla del siglo
  • Annemarie Meier

Ciudad de México /

Ya que el confinamiento no nos permite viajar, recurramos al cine de autores que nos abren el universo, conocer otras culturas, maneras de vivir y pensar. Recordemos que el cine no sólo es “reflejo del mundo real”, como suelen decir. sino un arte, medio y lenguaje que crea un mundo y un pensamiento. Wim Wenders me parece el guía perfecto para explorar un tipo de cine capaz de enriquecer la historia que narra con reflexiones acerca del entendimiento del ser humano, su cultura, sociedad y contexto histórico. Wenders, quien nació en 1945 en Düsseldorf, Alemania, ha realizado cerca de setenta películas, desde su primer corto Schauplätze (Escenarios) en 1967 hasta El Papa Francisco: Un hombre de palabra en 2018. Seleccioné cuatro películas del realizador como ejemplos de la diversidad de temas, historias y estéticas que nos comparte Wenders.

Sugiero empezar con París, Texas de 1984 que podemos encontrar en varias plataformas de la red. Para armar la historia Wenders recurrió a la colaboración del dramaturgo Sam Shepard y un guionista texano ya que pretendía construir una narración al estilo “americano”, es decir con un movimiento hacia el futuro. Y sí, la historia del desubicado Travis  (Harry Dan Stanton) quien camina por el desierto de Texas  después de años de autoexilio en México, empieza como road movie. Después de pocos minutos, sin embargo, nos damos cuenta que el motor del movimiento de Travis es la búsqueda del pasado: Sus orígenes, niñez y el trauma por el fracaso de su vida en pareja con Jane (Natassja Kinski) y su hijo Hunter.

Pienso que como segundo filme deberíamos ver Las alas del deseo (1987) que lleva el título alemán Der Himmel über Berlin (El cielo sobre Berlín) y fue concebido y creado en colaboración con el escritor austriaco Peter Handke. Berlín, la ciudad dividida por un muro, es un escenario impresionante para el drama y la transformación del ángel Damiel (Bruno Ganz) en humano. Wenders describe a la ciudad y al ángel, atrapado entre su condición espiritual y sus deseos terrestres, como testigos de la historia de Europa y metáfora del destino humano. Para completar el miniciclo recomiendo los documentales Buena Vista, Club social de 1999 y Pina de 2011. Buena Vista … no sólo muestra la intensa afinidad de Wenders con la música sino también su profunda empatía y preocupación por el ser humano y su contexto histórico y social. Observar y escuchar a los músicos que, en su mayoría ya fallecieron, mueve los recuerdos y sentimientos del espectador. Con Pina Wenders rinde un bellísimo homenaje a la bailarina y coreógrafa alemana Pina Bausch. Al mismo tiempo explora la capacidad de la técnica digital 3D para trasmitirnos la sensación del movimiento en el espacio, una experiencia que extrañamos en estos días de confinamiento.

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