Emilia Pérez de Jacques Audiard es, sin duda, el filme más mencionado en las últimas semanas. Sobre todo en México dónde ha encontrado críticas positivas pero también una avalancha de rechazos. Mi reseña no pretende abonar a la polémica sino comentar el filme por lo que es: Una ficción original -y quizás un tanto extravagante -en su forma y contenido de un realizador francés de 72 años con una amplia carrera como guionista y director. Entre los filmes más conocidos de Audiard están Lee mis labios (2001), De latir mi corazón se ha parado (2005), Un profeta (2009), Dheepan (Palma de Oro en 2015) y Los hermanos Sisters (2015), Jacques Audiard empezó a escribir para el cine muy joven al lado de sus padre Michel Audiard, un conocido y prolífero escritor de guiones que dirigióentre 1968 y 1983 una decena de películas.
Emilia Pérez empieza con mostrarnos el coraje de la abogada Rita frente a la injusticia que domina una sociedad, tolera el maltrato hacia la mujer y no castiga un feminicidio. Harta de su jefe que la usa para defender a criminales, Rita contesta una llamada telefónica y se reúne con el jefe de un cártel que le propone organizar su proceso de cambio de sexo para cumplirse el anhelado deseo de convertirse en mujer, y, de paso, desaparecer. El proceso de cambio y la nueva identidad del exjefe de dicho cártel acerca a las dos mujeres. Ya como amigas íntimas, la abogada y su clienta que tomó el nombre de Emilia, se vuelven socias de un movimiento de apoyo a familias víctimas de violencia y desaparición.
Me doy cuenta que, descrita así, la historia suena a telenovela. Y según los conflictos, dilemas y el desenlace, bien podría serlo. Si no fuera por la manera cómo aleja la historia de un estilo realista y la convierte, a través de una exquisita artificialidad visual y sonora, en un thriller de gangsteraderezado con secuencias de canto y baile. A través de las letras y la expresividad corporal, se definen los temas universales que muestra el filme: La ira y resistencia femenina frente a la violencia, la injusticia y la inmunidad, el racismo y poder patriarcal que parece imposible de vencer.
Al adaptar como coguionista y director la novela Écoute (Escucha) de Boris Razon, director editorial de ARTE France, Audiard construye y desarrolla cuatro tipos de personajes femeninos: La abogada Rita(Zoe Saldaña) quien, para poder romper con su rol de defensora de criminales, está forzada a trabajar para un jefe de cártel, Manitas/Emilia (Karla Sofía Gascón), quien, para transformarse en mujer, finge su muerte, vive feliz pero no es capaz de superar su machismo, Jessi (Selena Gómez), ex esposa de Manitas que reniega de su exilio pero goza a plenitud los lujos y Epifania (Adriana Paz), esposa de un desaparecido, que, aliviada del maltrato recibido, encuentra una nueva vida. Las cuatro geniales actrices que interpretan a los personajes femeninos, son realmente convincentes. Los efectos visuales, las secuencias musicales, compuestas por Camille y Clément Ducol y los expresivos bailes que abonan al drama y la resistencia femenina, no dejan indiferente a nadie. Las fuertes reacciones que despierta la película me dicen que Audiard, quizás con algo de ingenuidad pero con un enorme tino y trabajo de más de cuatro años, creó un filme que no olvidaremos.