Los festivales de cine se transforman

Ciudad de México /

¿Y ahora qué sigue?, fue lo primero que me vino a la mente cuando a mediados de marzo se nos informó que el FICG, Festival Internacional de Cine de Guadalajara, se pospondría. Por la decepción no fui capaz de reconocer que la cancelación sólo era el inicio de algo mucho más grande y terrorífico que se avecinaba. Tampoco recordé lo que en ocasiones anteriores ya había pensado: El hecho de poder asistir e incluso participar en un festival de cine es un privilegio para pocos. En primer lugar los profesionales del gremio y, en segundo, los cinéfilos de la región dónde se lleva a cabo. Es decir que los “públicos” que se pretenden alcanzar y educar son bastante restringidos.

Entre los miles de festivales de cine en el mundo, no fuimos, desde luego, los únicos a los que la pandemia robó su cita anual. Mientras avanzaba el virus empezaron a llegar noticias de festivales aplazados, cancelados o reducidos a muestras en línea. Poco a poco, sin embargo, se fortaleció la reflexión acerca de la manera cómo se venían desarrollando las muestras y los festivales que programaban películas para exhibirlas a un público presencial integrado por profesionales y espectadores en general. 

Así era. Pero ¿Así tenía que ser y seguir? La discusión  y preocupación alrededor de la estructura y el carácter presencial de los festivales tiene varios años, la “pausa” a la que obligó la pandemia vino a acelerar un proceso de reflexión e innovación. Un tema que la revista semanal alemana Der Spiegel (22 del 22.05.20) aborda con el texto “Gran alcance” (Grosse Reichweite) de los autores Lars-Olav Beier y Hanna Pilarczyk.

Después de mencionar la enorme crisis que el cierre de cines, festivales y procesos de  producción causó al gremio, el texto describe la sorpresa con la que los organizadores de festivales con programas en la red, observaron el éxito de sus muestras en línea que se tradujo en el crecimiento del número de espectadores.

Como ejemplo citan el festival de documentales DOK.fest München que inició el 6 de Mayo, programó 123 películas y alcanzó una audiencia muy por encima de la del año pasado, a pesar de cobrar un costo de recuperación).

Una nueva manera de participar del circuito de festivales también la abre el We Are One, una iniciativa de festivales como Annecy, Berlin, Cannes, Jerusalén, Locarno, Londres, Nueva York, San Sebastián, Sundance, Sidney, Toronto, Tribeka, Venecia y el FICG de Guadalajara. ( www.youtube.com/ WeAreOne) Le pregunté a Estrella Araiza, directora del FICG, qué cambios veía en el futuro para los festivales.

Su respuesta fue: “Los festivales tendremos que aprender a volver a conectar con nuestros públicos. Todo lo que dábamos por sentado se está cuestionando y tendremos que enfrentarlo sin miedo”. Estoy de acuerdo y espero los cambios con suspenso. 

  • Annemarie Meier
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