El título “Septiembre 5” (“September 5”) de la película de Til Fehlbaum nominada al Oscar 2025 por su guión adaptado, alude al atentado terrorista que sucedió durante los juegos olímpicos de verano de Múnich el 5 de septiembre de 1972. Fue un acto terrorista que conmovió al mundo ya que el grupo de hombres encapuchados entraron a la villa olímpica, mataron a dos personas, tomaron como rehenes a nueve deportistas de Israel y exigieron un avión para llevárselos. El atentado político que quedó grabado en la memoria colectiva fue retomado por el cine en varias ocasiones, entre otras con el documental “One Day in September” de Kevin Mcdonald (1999), la ficción “Múnich” (“Munich”) de Steven Spielberg (2005) y la película para televisión “Múnich 72” (“München 72 – Das Attentat”) de Dror Zhavi (2011).
Septiembre 5 del director suizo Tim Fehlbaum no nos regresa a los hechos para profundizar en el desarrollo del atentado ni sus consecuencias sino para abordar el papel que jugó la televisión al transmitir un crimen político que estaba sucediendo. Lo que les interesa narrar y mostrar a Til Fehlbaum y sus co guionistas Moritz Binder y Alex David, es un “detrás de cámaras”. El desarrollo de un reportaje televisivo de los periodistas de deportes de la cadena estadounidense ABC que habían viajado a Múnich para cubrir las competencias. Lejos de su casa, en instalaciones provisionales en un país con un idioma que no dominaban, con cámaras, monitores y transmisores análogos y desobedeciendo la voluntad del jefe de noticias políticas en Estados Unidos.
Con el ritmo, suspenso y tono de un thriller, la película se nutre de la memoria de los periodistas involucrados, una profunda investigación y material de archivo para crear una ficción basada en los personajes y sucesos reales. El equipo técnico es el que se usaba en la televisión de los años setenta, los nombres y roles del grupo humano son los de los reporteros y técnicos que trabajaba bajo el mando de Geoffrey Mason (John Magaro), Roone Arledge (Peter Sarsgard) y Marvin Bader (Ben Chaplin). El único personaje agregado es una traductora alemana de nombre Marianne Gebhardt (Leonie Benesch) que se involucra en las decisiones y acciones que toma el equipo de reporteros y técnicos. El thriller narra cómo la rutina de transmitir las competencias cambia de golpe, cómo surge la necesidad de mostrar al mundo en tiempo real cómo se desarrolla el atentado, cómo reaccionan el equipo de seguridad, la policía alemana y los medios presentes. La tecnología análoga no permitía un proceso rápido, las cámaras pesaban mucho, había que revelar y editar la cinta, armar los letreros a mano, correr de un espacio a otro y comunicarse por teléfono.
Aparte de recordarnos los sucesos, mostrar la enorme tensión del equipo de reporteros de televisión de los años setenta, el filme aborda preguntas y reflexiones éticas y morales que siguen teniendo una gran relevancia en los medios y los públicos de hoy ¿Qué y cómo se puede y debe mostrar un hecho violento en una pantalla? ¿Qué expresiones verbales utilizar para describirlo? ¿Cómo verificar la información para no engañar al público con noticias falsas? Además, ¿cómo prevenir que las mismas noticias en vivo no alerten a los criminales de las acciones de las fuerzas de seguridad?
“Septiembre 5” convence como thriller, memoria de la televisión análoga, suceso que cambió la historia de los medios y cuestionamiento ético acerca de la imagen y la representación de la violencia.