Biomímesis

Edomex /

Observar la naturaleza produce diversas sensaciones, admiración, placidez, emoción y quizá hasta precaución cuando el lugar es agreste.

Ante la diversidad de formas, tamaños y características tan particulares de las plantas y animales, es frecuente preguntarse ¿cómo se adaptaron a condiciones ambientales adversas de una manera tan eficiente?

Conocemos el efecto del proceso evolutivo y su expresión en la biodiversidad que forma verdaderas obras de arte replicadas en pinturas, esculturas y diseños, recordando al filósofo griego Aristóteles quien decía que, “para lograr sus fines, el arte imita a la naturaleza”.

La naturaleza y biodiversidad además de ser fuente de alimentación, maravilloso paisaje y sustento de la vida, es motivo de investigaciones más frecuentes que buscan conocer mejor cómo la naturaleza ha resuelto problemas que han representado un reto insalvable en su momento y que investigando sus creaciones se resuelven.

Un ilustrativo caso es la observación y análisis que Leonardo Da Vinci realizó para comprender la mecánica del vuelo de las aves, fascinado por este fenómeno Da Vinci trascendió la observación y elaboró el Códice del Vuelo de las Aves, entre 1505 y 1506; en este registró esquemas que analizan el vuelo, la fuerza de sustentación para que este se logre, así como el diseño de máquinas voladoras que inspiraron a los hermanos Wright 384 años después para diseñar la primera máquina voladora en 1903.

Otras preguntas sobre ¿cómo le hizo la naturaleza?  Para que un pequeño reptil trepe por las paredes, o las termitas construyan colonias frescas en lugares de 40 grados, cómo logran los animales acuáticos desplazarse con poca fricción, o cómo un pequeño escarabajo vive en el desierto sin agua, porqué la tela de araña es tan resistente etc., etc.

La búsqueda de estas respuestas han llevado a descubrimientos que se aplican en nuestra vida cotidiana y que han dado lugar a una novedosa área del conocimiento que es la Biomímesis (del griego bio-vida y mimesis-imitar) nomenclatura reconocida en 1982 cuando también se creó el Instituto Biomimicry por la bióloga Janine Benyus, para promover el desarrollo de tecnologías sostenibles inspiradas en soluciones que la naturaleza ha dado a la biodiversidad para su sobrevivencia. La naturaleza tiene muchas respuestas y gran experiencia solo es cuestión de disponerse a investigar y aprender de esta gran maestra.


  • Arlette López
  • Facultad de Estudios Superiores Iztacala UNAM
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