Vivimos diversos embates de la naturaleza, empezando por la falta de agua hace unos meses, actualmente las intensas lluvias, también el efecto de los fuertes vientos en las zonas urbanas y rurales, y la pérdida de la biodiversidad, solo por mencionar algunos de los fenómenos naturales que afectan el patrimonio, la economía de los lugares por la destrucción de centros turísticos y de convivencia, así como la afectación de la salud y la lamentable pérdida de vidas.
Las opciones para remediar estos males están muy restringidas, son costosas y a veces sin posibilidad de aplicarlas.
¿Qué se requiere para atender de manera pertinente estos problemas ambientales que en mucho se relacionan con el calentamiento global?
Sería conveniente, antes de aplicar las medidas de remediación, conocer y comprender con mayores elementos las características ambientales de las comunidades, y el efecto que las acciones humanas han provocado, ya que en mucho son el sustrato que genera los efectos destructores que actualmente padecemos.
La naturaleza se ha estudiado desde diferentes perspectivas tanto para conocer la biodiversidad que nos rodea, como para entender los procesos de los ecosistemas.
Importantes han sido los estudios con temática ambiental a lo largo del tiempo, proclamándose recientemente “la ética ambiental ante la imperiosa necesidad de que los humanos se acerquen y perciban de manera diferente el ambiente a su alrededor y que dicha percepción ayude a cambiar su actitud hacia la naturaleza” (Takacs, 1996).
Promover estos cambios es de sobrevivencia, siendo urgente trabajar con las jóvenes generaciones el concepto de cultura ambiental, lo que implica una visión amplia e incluyente de la problemática ambiental considerando cultura, preconcepciones sobre la biodiversidad, necesidades sociales, hábitos de consumo, etc. Educar en la cultura ambiental implica también asumir que en ocasiones “la conservación de la biodiversidad no es una actividad exenta de conflicto social o político” (Sarukhán et al,1996).
Son muchos los retos que la educación tiene en estos tiempos de incertidumbre, desde el vertiginoso avance del conocimiento y la forma de abordarlo, hasta la Inteligencia Artificial y la tecnología, retos y opciones que pueden ser los mejores aliados en el proceso de construir en las nuevas generaciones una actitud favorable al comportamiento proambiental.