El corcho

Estado de México /

Son tantos los recursos naturales que utilizamos como alimento, medicina, ornamento, vestimenta, etc., etc., que forman una larga lista que poco valoramos. Entre estos hay uno muy versátil, el corcho, de ancestral y múltiples usos.

Se han encontrado registros fechados 3000 años a C. que indican como los persas y egipcios usaban el corcho para la pesca, calzado y construcción.

El versátil y ligero tejido poroso, grueso y rugoso del corcho son células muertas y huecas producto del crecimiento del árbol, que lo hace muy demandado,ya que además se colecta sin talar el árbol que lo produce.

Este árbol es el Alcornoque (Quercus suber) originario del Mediterráneo, se cultiva en Francia, Argelia, Marruecos, Italia, y aunque no es propio de nuestro país se cultiva en algunos estados como Sonora, Michoacán y Sinaloa.

Lo que sí es más común, es la conocida expresión que se aplica a las personas un poco distraídas diciéndoles que tienen “cabeza de alcornoque”, quizá por la condición porosa de la estructura del corcho proveniente del árbol, asociándolo a la falta de pensamientos creativos o ideas poco claras, según referencias.

Por su versatilidad el corcho se usa como aislante, en la construcción, la moda, ornato y con énfasis para sellar botellas de vino, pues su porosidad permite que el vino “respire” facilitando su conservación.

Antiguamente las botellas se tapaban con arcilla o trozos de piel impregnados en grasa o aceite, buscando otra alternativa en el año 1600 el monje benedictino francés Don Pierre Pérignon, quien se considera el inventor de la Champaña, usó el corcho para sellar las botellas sustituyendo los tradicionales tapones de madera.

A partir de ese momento, el corcho fue un protagonista de la industria vitivinícola.

Además de ser el alcornoque un árbol muy longevo que llega a remontar los 250 años es de gran beneficio ambiental, pues cuenta con una gran capacidad para almacenar carbono por lo que reduce las emisiones de CO2, no demanda mucha agua y es casa y albergue de múltiples aves, además, por si fuera poco, la corteza y hojas tienen propiedades antinflamatorias y antimicrobianas.

La versatilidad del alcornoque y los beneficios que aporta hacen necesario reconocer las amenazas a su sobrevivencia; como la deforestación, la expansión agrícola y el cambio climático. Hay que tomar acciones urgentes que protejan a este ser vivo ambientalmente necesario, longevo y productivo.


  • Arlette López
  • Facultad de Estudios Superiores Iztacala UNAM
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