Inicia la época para disfrutar un espectáculo que a veces no valoramos en toda su extensión, la migración.
Este fenómeno anual, significa lo que muchos seres vivos buscan, un lugar adecuado para pasar las inclemencias del tiempo, favorable para la reproducción, la sobrevivencia de las crías, así como la alimentación.
La migración implica como cualquier desplazamiento, retos y obstáculos en el camino para alcanzar el objetivo, repitiéndose anualmente a la entrada de la época invernal.
Los seres vivos cuentan con adaptaciones morfológicas, fisiológicas y conductuales, resultado del proceso evolutivo que les ha permitido ser muy resistentes y capaces de realizar largas travesías.
Aunque no existen los impedimentos que limitan a los humanos cuando pretenden cambiar de lugar de origen, sí están presentes los obstáculos derivados de las mismas actividades humanas que bloquean su trayecto, como es la construcción de infraestructura que interrumpe las rutas migratorias naturales, los pesticidas que acaban con las plantas que les alimentan en su trayecto, el cambio climático que altera su capacidad de orientación, la contaminación y la falta de conocimiento de las comunidades humanas que les destruye.
La migración es un fenómeno natural que podemos analizar con la información que las investigaciones aportan, así es como conocemos de la diversidad de especies migrantes, como la emblemática mariposa Monarca que con sus 0.25 y 0.75 gramos recorre 4,500 kilómetros entre Canadá, Estados Unidos y México; las aves, que utilizan la diversidad de vientos como las cigüeñas, patos, golondrinas, el chorlito dorado, que cubre 3,200 km desde Alaska a Hawai volando por mar abierto; las tortugas como la caguama, que recorren 12 mil kilómetros para llegar a las aguas tropicales; la libélula, vigoroso insecto que recorre 15 mil kilómetros en su viaje entre India y África, y el salmón que migra de los ríos hacia el mar y luego regresa al río a desovar. Entre todos estos organismos existen migraciones pequeñas como el plancton que permanece en la superficie durante la noche para alimentarse y en el día desciende a 1200 metros para ahorrar energía, así como algas y bacterias que migran buscando el Sol.
Las diversas especies migrantes luchan por su existencia, y brindan una lección de sobrevivencia y perseverancia, conozcamos más para disfrutar, cuidar y respetar su camino.