Con el afán de contar con una presencia física que se considere más agradable tanto para nosotros como para quienes nos rodean, se buscan diversas alternativas invirtiendo también importantes recursos, como sucede con la cirugía estética que en México registra más de un millón de intervenciones anualmente.
En este mundo donde la biodiversidad está presente, algo parecido sucede en el mundo animal y vegetal, en donde la intención de cambiar de imagen no es tanto el parecer más lindos o aceptables, sino que se trata de sobrevivir.
Si la sobrevivencia es el propósito, entonces la evolución y la genética entran en acción por lo que muchos seres vivos han desarrollado adaptaciones para confundirse con el entorno o simular ser un apetitoso manjar para otro despistado organismo que pretendiendo alimentarse se convierte en presa y termina siendo la cena.
Esta capacidad de engañar, simular ser otra especie o confundirse con el entorno es la maravilla biológica que conocemos como mimetismo.
Engañar a depredadores o atraer presas implica un sofisticado entramado, proceso que amerita estudiarse con enfoque de la biología evolutiva.
Las adaptaciones desarrolladas en animales y plantas resultan tan interesante y sorprendente que a veces parece increíble que especies tan diversas cuenten con modificaciones variadas para prosperar en ambientes difíciles o de escasos recursos para la vida.
Entre los tipos de mimetismo se encuentran las imitaciones que hacen algunos insectos, como la mariposa monarca que simula la apariencia de otras mariposas tóxicas; también los llamativos colores de algunas ranas de la familia Dendrobatidae que son un aviso de que son venenosas.
O las ranas de cristal del Amazonas, que desvían 89% de sus glóbulos rojos hacia el hígado cuando duermen volviéndose invisibles al predador; otros organismos como los camaleones simulan ser hojas secas, y también algunas especies del insecto predador, como la mantis, se mimetizan como una orquídea, algunos peces imitan corales, y algo espectacular sucede con la oruga Periphoba arcaei que modifica su cola por una cabeza falsa para engañar al predador.
Para concluir este sorprendente recorrido, la mariposa Satunia ha desarrollado en sus alas un patrón de ojos grandes como los de un Búho espantando así a sus predadores.
El mimetismo es un maravilloso ejemplo de cómo la evolución privilegia la sobrevivencia