Observar el vuelo de las aves despierta múltiples emociones, hay quien refiere un mensaje de libertad, otros de esperanza, sin embargo, varios estudios han demostrado que el simple hecho de observar a las aves es benéfico para la salud mental pues reduce el estrés y calma la ansiedad.
Las aves son además de fundamentales para el ecosistema, históricamente han sido parte de diversas culturas por lo que se les pueden encontrar representadas de múltiples maneras y expresiones artísticas como grabados, pinturas, esculturas, obras literarias, en iglesias e incluso como parte central de rituales y ceremonias.
Al margen de su tamaño o majestuosidad las aves también han formado parte de la economía y el estatus social de quienes las posean, como ha sucedido con las palomas, que son aproximadamente más de 300 especies, de las que 22 habitan en nuestro país y la más común es la paloma domestica (Columba livia doméstica)
Estas aves a la vez queridas y utilizadas de diversas maneras son también odiadas y consideradas ratas con alas,particularmente en las ciudades, ¿El motivo? Porque ensucian edificios, ventanas, sumando también la creencia errónea de que transmiten enfermedades
En consecuencia, se realizan campañas contra estos seres alados con penas a quienes les alimenten y procuren refugio sin considerar que existen maneras no invasivas para controlar las poblaciones.
Las palomas tienen particularidades destacadas: recorren grandes distancias gracias a su fuerte musculatura, cuentan con visión y orientación que les convierte en mensajeras estratégicas y confiables.
Como dato interesante es que desde la época del alto Egipto el uso de las palomas era muy frecuente incluso en la edad media se establecieron los “Derechos de palomar” ya que las palomas eran utilizadas en la agricultura por el abono de su excremento, así como para alimentación y comercio.
Los palomares se construían con particular esmero por quienes contaban con recursos suficientes reflejando así el estatus social y de poder, varios de estos palomares a la fecha se consideran un patrimonio histórico.
El trato que damos a los seres vivos es muy caprichoso como a las palomas que dependiendo de su utilidad se consideran, sin apreciar su valor ecológico para que la vida siga.
Apreciemos el vuelo de las aves como un mensaje de paz, resiliencia y perseverancia algo que en esta época mucho necesitamos.