Bebidas históricas

Estado de México /

La abuela decía que para estas fechas los aires de muertos ya azotan al pueblo, en aquellas épocas poco a poco sacaba del ropero las chamarras y las cobijas más abrigadoras. La bufanda verde y el gorrito guinda adornaban su cuello y cabeza.

Recuerdo cómo, en más de una ocasión, se acomodaba su indumentaria para alcanzar un mayor abrigo. Al caer la tarde, mientras veíamos la televisión, comentaba que ya se imaginaba los aromas del ponche, el pan de muerto y hasta la rosca de reyes. Y, mientras compartía su sentir, se frotaba las manos y buscaba calentarlas con su propio vaho, esta era la señal para que nosotros, sus nietos, le preparáramos una bebida caliente.

El ser humano, una vez conocido y dominado el fuego, direccionó los efectos del calor a su alimentación. Descubrió que por medio de este las frutas, verduras, cárnicos, entre otros, cambiaban de sabor, volviéndolos más adictivos. Uno de ellos fueron las infusiones, las cuales, además de alcanzar un buen sabor, ayudaron a sobrepasar algunas dolencias. Convirtiéndolas en las primeras estrategias medicinales. Según cuentan los historiadores, el vino, resultado de la fermentación de las uvas, también tuvo un carácter curativo, años más tarde entenderíamos que era la acción del alcohol la que ocasionaba una reacción de desinfección o asepsia.

Para los griegos y romanos, la acción de saborizar el vino por medio de especias lo convertía en una bebida más aceptable, pero, al momento de calentarlo, para llevar a cabo una infusión, fue la mejor manera de consumirlo. Es de esta labor que nace el Hipocrás, y que podemos definir como vino caliente, saborizado con especias como canela, jengibre, clavo; y endulzado con azúcar. El nombre hipocrás tiende a ser relacionado con Hipócrates, padre de la medicina griega, y se considera que fue su creador, pero no se cuenta con suficiente información que corrobore esta autoría.

Lo que sí es un hecho es que el hipocrás tiene un amplio gusto entre los paladares europeos, ya que se puede tomar frío para el verano y caliente para el frío. En este último caso, en Alemania forma parte de las bebidas tradicionales de invierno, y lo conocen como glühwein. Las diferencias o evoluciones que ha presentado es la adición, o infusión, con cáscara de naranja, anís estrella, laurel, cardamomo, nuez moscada y limón; además de ser endulzada con miel. Si hablamos del caso mexicano, un referente de la época otoñal e invernal es el ponche, el cual también es una infusión, aunque solo de frutas, las cuales presentan varias frutas de origen americano, como lo es el tejocote y la guayaba. Para este punto podrán pensar y argumentar que este ejemplo no cumple con la incorporación de alcohol a la bebida. Sin embargo, estarían pasando por alto que, el término ponche con piquete, hace alusión a la adición de ron o brandy, cumpliendo así con la regla.

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