Chino mexicano

Estado de México /

Comida china, comida cantonesa, comida japonesa, en fin; para muchos no hay ninguna diferencia, para otros sí las hay y para el resto no es de suma importancia. Mientras tanto podemos conversar de este estilo proveniente del Lejano Oriente y lleno de salsas dulces, elementos rebosados, arroz, salsa de soya y palillos chinos. Y es que la “comida china”, clasificada con este mote generalmente, parece ser una eterna viajera, deambulando de país en país y de continente en continente. Pero justamente esbozaremos cómo es que tan “lejana” cocina llegó hasta estas tierras.

A finales del siglo XIX, hubo mucha migración de Asia, específicamente de China, para ser empleados en el servicio de preparación de alimentos de los ferrocarriles y las compañías petroleras, más adelante algunos decidirían optar por la autonomía y comenzaron por abrir pequeñas fondas. Conforme compenetraron en la sociedad se sirvieron de sus habilidades para realizar diversas tareas, entre ellas las de lavanderías con entrega a domicilio. Tiempo después optaron por los cafés, y lo complementaron con panadería, ellos mismos comenzaron a incursionar en este ramo, lógicamente con sus variaciones con respecto a la receta del biscocho, pero a final de cuentas competente, este era exhibido en el escaparate de la tienda, dejando una entrada reducida al establecimiento. Cabe mencionar que elaboraban un café espeso, el cual servían a chorro junto con leche caliente, ambos en un vaso grueso con una coladera previamente dispuesta, del mismo modo que el café lechero icónico en estados como Veracruz.

Ciertamente, y al paso de los años, los asentamientos poblacionales chinos se afianzaron tanto en la misma sociedad mexicana como en su gastronomía. Es así como llegó el “Barrio Chino”, espacios predeterminados donde se colocaron no solamente fondas, posteriormente restaurantes, sino también las mismas familias de orientales, y de donde comenzaría una convivencia, probablemente la más delimitada que existe en el país, ya que hasta ese punto ninguna de las dos culturas se fusionó del todo, al grado que celebraciones emblemáticas, como el año nuevo, tienen sus propias fechas y protocolos, tomemos en cuanta que el año nuevo católico-cristiano lo celebramos al término del mes de diciembre, y para la comunidad china esta celebración varía entre finales de enero y principio de febrero.

De todo esto ya hace varios años, pero, hoy en día, la situación cada vez se ve de manera muy distinta. Sin percatarnos de ello, los bufets “chinos” comenzaron su gestación, poco a poco comenzaron a ser la alternativa en los espacios de fast food y, de un momento a otro, básicamente fuimos invadidos. 


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