La luz tenue del lugar apenas y permite ver el cruce de miradas, lo que sí es evidente son las risas y los movimientos nerviosos, tímidos y hasta torpes. Para Joaquín es un sueño cumplido, después de tanto tiempo tomar el valor para invitarla a salir; mientras que para Inés es una sorpresa, nunca se imaginó que aquella caballerosidad tuviera detrás un gusto específico por su persona. Las tazas de café ahora resultan incontables, del postre para compartir solo queda una macha de salsa de chocolate y algunas virutas de pan de chocolate. La noche es perfecta, al parecer el cliché de acudir a tomar un café como gesto de cortejo funciona, pero ¿por qué?
A unos días de los festejos por el 14 de febrero, día dedicado a la amistad y los enamorados, al menos el teoría, el principio de que los alimentos forman parte importante en los procesos del cortejo o, por otra parte, pueden ser el pretexto perfecto para declarar un sentimiento amoroso por otra persona, parece tomar sentido. En repetidas ocasiones hemos abordado el tema del chocolate y sus propiedades estimulantes de la felicidad, a través de la teobromina. En otras ocasiones planteamos la relación del alimento con sensación de satisfacción, protección o hasta sobrevivencia.
Aún existe un punto inquietante, hace algún tiempo hablamos acerca del café, su historia y lo poco valorado frente al consumidor, quien lo colocaba como casualidad para iniciar una charla, pasar el tiempo o, como el caso del día de hoy, comenzar un cortejo. Sin embargo, según nos cuenta Bennett Weinberg y Bonnie Bealer, en su libro El mundo de la cafeína, es probable que la relación café-romance pueda tener una explicación médica. Resulta que, como bien sabemos, la cafeína es un estimulante que no solo activa los sentidos del ser humano.Pero, de acuerdo con su consumo y regularidad, este puede condicionar la fertilidad en el ser humano. Debido a que una ingesta constante y moderada de café, que podemos traducir de una a dos tazas al día, aumenta la probabilidad de alcanzar una fecundación exitosa.
Parte de la explicación médica radica en que, el café al ser un estimulante no solo actúa a nivel sensorial, logrando mantener activo al cerebro, sino que llega a tener alcances celulares, lo que impacta, en este caso, con el número y estructura de espermatozoides en los hombres. Aunque, dichos autores del libro apuntan que en el caso femenino no hay evidencia concreta acerca de un beneficio o afectación en la concepción, frente a la creencia que indica un retraso o complicación para un intento de embarazo. Cabe mencionar que datos de esta naturaleza son poco conocidos o difundidos, lo que llega a replantear, o subrayar, la incógnita entre la asistencia a una cafetería por parte de una pareja de enamorados o aquellos que apenas se van a conocer ¿Será una coincidencia o tendrá una explicación biológica?