Las elecciones en Estados Unidos están a la vuelta de la esquina. Las inversiones están paradas y los principales indicadores económicos del mundo aguardan el resultado final de un proceso electoral muy reñido. México tiene las mayores expectativas por la inevitable imbricación de nuestras economías, fronteras compartidas, flujos migratorios y combate a los grupos delincuenciales de la droga.
En Estados Unidos el electorado se mide por segmentos tradicionales, es decir, la identificación con un partido, la raza, la condición socioeconómica, así como la ubicación geográfica, niveles de escolaridad, etcétera. Sin embargo, en Norteamérica al análisis del comportamiento de los votantes se ha incorporado un poderoso componente: la identidad religiosa. En el proceso electoral de 2016, el voto casi compacto de protestantes y protestantes evangélicos blancos –que representan cerca de 25% del electorado– fue determinante para el triunfo de Donald Trump
Pew Research Center, un centro de Investigaciones y levantamiento de estadísticas y encuestas con sede en Washington, brinda información sobre actitudes y tendencias que son determinantes en los Estados Unidos. Pew realizó un levantamiento en septiembre para ubicar las posiciones políticas de los diversos grupos religiosos.
El 82 por ciento de los protestantes evangélicos blancos dijeron que votarían por Trump. Y lo mismo ocurre con 61 por ciento de los católicos blancos y 58 por ciento de los protestantes blancos no evangélicos. Por otro lado, Harris ha obtenido el respaldo de más de dos tercios de los votantes registrados que son protestantes negros, ateos, agnósticos, católicos hispanos o judíos.
A pesar de que identidad religiosa y racial siguen siendo determinantes, las últimas estimaciones muestran una nueva tendencia. En la década de 1990, casi 90% de los estadounidenses se identificaban como cristianos. Ahora, más de una cuarta parte dice no tener religión.
Esto es importante para las elecciones porque 70% de los votantes no religiosos en Estados Unidos tienen más probabilidades de votar por los demócratas, según una encuesta de Pew Research. La alineación es aún más fuerte entre los agnósticos (78%) y los ateos (84%).
Muchos países, no sólo México, ven con preocupación el regreso al poder de Trump. Ese fue el verdadero tema de Davos, Suiza, este año. Donald Trump, supremacista, podría ser un factor determinante para la expansión de la ultraderecha en Latinoamérica. Eduardo Verástegui se fortalecería con su padrino en la Casa Blanca. Veremos los resultados, pero Trump es una verdadera amenaza para México.