Todas las personas que tenemos vehículo o manejamos corremos el riesgo de participar en un choque. Recordemos que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el artículo 11 nos da el derecho de transitar de un lugar a otro e incluso de cambiar el lugar de nuestra residencia, lo que conlleva (como todos los derechos) una serie de obligaciones.
Para empezar, debemos contar con la placa y tarjeta de circulación, conocer y sobre todo respetar el reglamento de tránsito así como los señalamiento viales y por último, hacernos responsables en caso de ocasionar un daño a un tercero. Esto en realidad, técnicamente es un delito imprudencial o culposo, es decir, el responsable causa un daño material o económico o en algunos casos lamentablemente físico a alguien más sin la intención de hacerlo.
Lo primero que recomendaría hacer suponiendo que esto se presente es guardar la calma, revisar el estado material de los vehículos u otros objetos que participaron en el choque, revisar el estado de las personas y en caso de ser necesario pedir auxilio médico. Posteriormente recomendaría, ponerse en contacto telefónicamente con algún ser querido y en caso de contar con un seguro, reportar el accidente.
Como cualquier litigio y como lo he sostenido y continuaré haciéndolo, por último recomendaría llegar a un arreglo entre los involucrados, recordando el refrán “más vale un mal arreglo que un buen pleito”, ya que tengamos presente que en caso de que en ese momento no sea así, se generarán más gastos: grúas, corralón, probablemente infracciones, etcétera.
Carlos Aguilar
carlosar28@hotmail.com