En un hecho nunca visto en la historia política de Estados Unidos, un pequeño grupo de la ultraderecha del Partido Republicano, los más trumpistas entre los trumpistas, quitaron de la mesa directiva de la Cámara de Representantes a su supuesto correligionario Kevin McCarthy.
La causa formal fue una última decisión de McCarthy en relación al presupuesto, autorizando una medida de emergencia para no cerrar el gobierno y mantener las conversaciones con la Casa Blanca de Biden.
Este triunfo es sobre todo simbólico para los ultras, pero con algunas evidentes consecuencias políticas para el resto de los republicanos y algunos demócratas.
Lo de ayer se da un día después de que Donald Trump, quien seguramente será el candidato republicano a la presidencia, apareciera en la Corte para iniciar proceso en una de tantas acusaciones en su contra y en la que lanzó a su entrada y salida una serie de acusaciones disparatadas contra el aparato de justicia y la Casa Blanca. Los procesos contra Trump solo lo hacen más favorito en las encuestas del partido.
Será por eso que cada vez más republicanos compran ideas trumpianas como la de mandar tropas a México a combatir los cárteles.
Dos notas ayer en The New York Times dan cuenta de ello. Una que cita la más reciente encuesta de Reuters/Ipsos en la que señala que dos terceras partes de los republicanos apoyan la idea de usar a su ejército contra los cárteles —el número disminuye cuando se pregunta si se debe hacer sin permiso de México—-; y otra nota que hace el recorrido de cómo varios republicanos que antes rechazaron la idea originalmente trumpiana, poco a poco comienzan a incorporarla en sus discursos para recibir aplausos.
Mañana llegan a México el secretario de Seguridad y el secretario de Estado y en su anuncio ayer en Washington, dijeron que vienen a “discutir las amenazas más emergentes y urgentes... Desbaratar los cárteles violentos que fabrican y trafican fentanilo estará en la parte superior de la lista”.
Falta más de un año para la elección estadunidense y resultaría absurdo adivinar quién ganará. Pero no es difícil intuir que dado que la narrativa que se va imponiendo es que la crisis de muertes causadas por fentanilo es culpa de los cárteles mexicanos, los políticos de todos los colores irán, con matices y diferencias, adoptándola.
¿Alguien en el gobierno de México lo está escuchando? ¿Alguien en las campañas mexicanas?