La decisión de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes de Estados Unidos de acusar al presidente Donald Trump de dos cargos y mandarlo a juicio político en el Senado marcará la elección estadunidense del año que viene en la que el hoy habitante de la Casa Blanca buscará la reelección.
La elección está aún lejos para hacer cualquier vaticinio, pero lo que está claro es que el tono será el de estos días. El de la feroz carta de Trump a Nancy Pelosi, horas antes de que se votara, en que la acusó de cualquier cantidad de cosas, varias de ellas falsas, como lo hizo notar The New York Times.
Rescato lo que escribió ayer David Remnick , editor de The New Yorker:
“Hace veintiún años, durante el impeachment de Bill Clinton, hubo numerosos legisladores demócratas que lo reprendieron por sus ofensas; cinco votaron en su contra. Clinton, por su parte, se disculpó con el pueblo estadounidense antes de que la Cámara votara sobre su destino. 'Lo que quiero que el pueblo estadounidense sepa, lo que quiero que el Congreso sepa, es que lamento profundamente todo lo que he hecho mal con palabras y hechos', dijo. 'Nunca debí haber engañado al país, al Congreso, a mis amigos o a mi familia. Sencillamente, me entregué a mi vergüenza'. Clinton había mentido sobre el sexo. Esa fue la raíz de las acusaciones en su contra. Trump, con la ayuda de Rudy Giuliani y otros, intentó retener cientos de millones de dólares en asistencia militar a Ucrania, un aliado bajo asalto de Rusia, como una manera de extraer un favor político y claramente personal”.
Pero nadie espera una disculpa de Trump y no hubo un solo republicano que votara en su contra, ni siquiera en los discursos, que le reclamara alguna acción.
Y sabemos que en el Senado no hay manera de que pierda el juicio.
El partido republicano se ha entregado al presidente. El tono de la campaña que viene será el que imponga Trump, el de la carta a Pelosi, el de sus tuits, el de sus discursos en sus actos de campaña.
Hace cuatro años Trump se tuvo que ocupar de republicanos pero ahora, sin contendiente interno, enfocará sus palabras contra los demócratas, que no parecen muy claros en cómo combatirlo.
Se pondrá feo.
@puigcarlos