Habría que empezar recordando algunos datos: nueve de cada 10 delitos que se denuncian y en los que empieza una carpeta de “investigación” se quedan atascados en el Ministerio Público, es decir, en las fiscalías. La del fuero federal o las de los estados. Nueve de cada 10. La impunidad está ahí.
Ni en el sexenio anterior ni en este se menciona, se anuncia, se quiere cambiar algo en las fiscalías, en los ministerios públicos. Si acaso, quejarse e ir con todo contra fiscales que no hacen lo que ellos mandan, lo que necesitan para alguna venganza política o algún caso especialmente escandaloso.
Las fiscalías, que están en el centro de la gravísima impunidad mexicana, permanecen intocables. Evidentemente porque el nuevo partido mayoritario confía que poco a poco las poblará con fiscales a su manera, de su color que hagan lo que gobernadores o la Presidenta manden.
Eso sí, para hacer más sencilla la limpia de imagen de las fiscalías y del gobierno, en lugar de hacer algo por la justicia, pues mejor otra injusticia: el aumento de delitos con prisión preventiva oficiosa, donde sin importar culpabilidad e inocencia se encierra a presuntos delincuentes en prisiones, donde pueden durar años sin que las fiscalías hagan ningún esfuerzo para probar su culpabilidad. La apariencia de combatir el crimen ya está ahí, a quién le importa la verdad y justicia. Esa es la narrativa en estos tiempos que da votos.
Esa narrativa se completa haciendo el argumento de que el desastre es por los jueces y magistrados. Y como además son ellos los que tomaron un par de decisiones que molestaron al fundador y líder, pues adiós. Eso, nos quieren convencer, tiene algo que ver con la justicia.
¿Y cómo le hacemos? Pues que si con voto, pero antes unos comités que elijan bien a los nuestros y de ahí una tómbola, cómo no, nos encantan las tómbolas y campañas que no son y así. Eso sí, con poco dinero para el INE, que no se pasen, al fin que va a ir poca gente a votar.
Así nos querrán convencer de que se está trabajando para que haya justicia. Por supuesto, no sucederá.
Las fiscalías seguirán siendo el desastre que son, la secretaría de seguridad seguirá encarcelando a miles, los tribunales… bueno, ni qué imaginar ahí.
Eso sí, seguirán diciendo que ya llegó la justicia.