El sábado 23 de junio fueron hallados los cadáveres mutilados de cinco hombres y dos mujeres en la avenida 16 de Septiembre en Chilpancingo, Guerrero. Junto a los cuerpos se encontraron varias cartulinas, en una de ellas había un mensaje para la alcaldesa Norma Otilia Hernández: “Saludos, presidenta Norma Otilia, sigo esperando el segundo desayuno que me prometiste después de venirme a buscar".
Otro mensaje acusaba a un miembro de la alcaldía de trabajar con un grupo criminal opuesto al autor de la matanza.
En aquellos días, la alcaldesa dijo “que todo es válido para la paz”, pero negó que hubiera tenido encuentro alguno con líderes de la delincuencia de Guerrero. Insinuó que las cartulinas podían haber sido “manipuladas” por personal de la fiscalía estatal.
El 27 de junio la alcaldesa envió un oficio a la FGR pidiendo que atrajera la investigación de la matanza y que ella misma se ponía a disposición de la fiscalía para aclarar cualquier cosa.
Ayer circularon imágenes de la reunión que nunca sucedió.
Y la alcaldesa ya se acordó.
“Fue algo fortuito (la reunión), hubo alguna circunstancia y yo lo que pido es que esperemos a que la Fiscalía General de la República que investigue…Ya vi el video y que se diga bien qué es lo que se habló y no fue un pacto con la delincuencia”.
Dijo que ese encuentro había sido al principio de su administración y que había sido en un desayuno con “otras personas”. Pidió que el asunto “no se politice”. Sí, eso pidió.
La cadena de eventos es una buena muestra de todo lo que está mal en términos de seguridad en varios estados de la República, no solo en Guerrero. La proliferación de grupos delincuenciales que muchas veces nacen para proteger pueblos y comunidades y que terminan aterrorizándolos, la impunidad con la que actúan que los hace capaces de hacer lo que hicieron en la capital de Guerrero hace unos días, la soledad de las autoridades municipales frente a tal terror que los obliga a sentarse con aquellos —y en algunos casos a actuar para ellos—. No quisiera especular sobre la relación de la alcaldesa con el hombre al que —dice— conoció por primera vez hace dos años y que, evidentemente por el mensaje, no ha vuelto a ver.
Siete cuerpos mutilados. ¿Quién lo hizo? ¿Por qué?
Que no se politice, dice la alcaldesa, después de haber mentido.
En fin, el país hoy con esa estrategia de seguridad, que dicen en Palacio, está funcionando.