El reto es la corrupción

Ciudad de México /

Hoy tenemos claro que el gobierno de Claudia Sheinbaum tiene una estrategia completamente diferente a la de Andrés Manuel López Obrador para enfrentar la violencia y la inseguridad. Es cierto que las encuestas reflejan, hasta ahora, poco éxito entre los ciudadanos encuestados, pero tiene una lógica: son muchos años, décadas de esta inseguridad y violencia y los números, más allá de las presunciones mañaneras, siguen siendo las de un país comido por la situación. Aun así, el gobierno tiene una estrategia, un equipo y la atención de la Presidenta. En unos años habrá que evaluar resultados y consecuencias. No se arregla de un día para otro, ni tampoco, por cierto, metiendo a todo mundo en prisión, más allá de juicios y esas cosas, como le gusta al secretario de Seguridad Ciudadana y al gobierno actual. Pero al menos, hay acción. El secretario de Seguridad Pública Ciudadana es reconocido y premiado por los encuestados y hasta lo andan haciendo precandidato presidencial, algo que en México hasta hace poco parecía imposible. En fin, el punitivismo tiene sus premios en países como el nuestro.

En donde no parece haber una estrategia, corrijo, una decisión, es frente al otro problema que ha corroído al país desde hace años: la corrupción. Hay estrategia porque hasta el momento lo que hemos visto es seguir rascando en el pasado para dejar en prisión a los Duartes, con diferentes apellidos, a cambio de hacer nada o muy poco con los que se han hecho pasar como guindas o lo son.

Hoy, gracias a investigaciones periodísticas, expedientes filtrados o simplemente por la soberbia de algunos funcionarios, tenemos claro que el sexenio pasado fue una fiesta para muchos de los recién llegados al poder en todas las áreas. Hasta hace un año creíamos que lo más grande era Segalmex, pero cada vez se acumulan más historias que puede que lo bajen del primer lugar.

Queda claro también que en el sexenio pasado la estrategia fue hacer… nada. Mientras cumplieran en lo político, en los votos, en la popularidad del hombre en Palacio Nacional, nadie los molestaba.

Cierto que no es poca cosa imputar a los parientes del ex secretario de Marina o correr a quien se supone tenía que investigar las trampas en las aduanas. Pero la Presidenta y muchos más sabemos que las cosas van más allá. Que hay redes de protección desde las altas esferas políticas locales y federales.

Pronto, se acabará el rendimiento de echar la culpa al pasado. Como ya se acabó en seguridad.


  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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