Sin duda no es el inicio de sexenio que se esperaba y mucho menos en la Presidencia de la República.
A ocho meses de una elección arrolladora, con récord de votos para la Presidenta, mayorías en ambas Cámaras y gobernadores de su partido en la mayoría de los estados.
No solo eso, la transición y la toma de gobierno sucedió de manera medianamente tersa, los adversarios internos parecían contentos (ya vimos que no tanto) con sus nuevos acomodos. Es cierto, desde antes de tomar posesión la Presidenta y su equipo sabían que estos primeros meses, si no que más, serían complicados en lo económico, pero no en donde hoy se están complicando y acumulando los problemas.
Arranco con la CNTE. Una organización, un movimiento que siempre estuvo del lado del “movimiento” desde sus primeros días. Creo que queda claro después de estos días de movilización, coronada con el boicot a la Mañanera de ayer, que el asunto no se solucionará fácil.
Ayer, Luis Hernández Navarro, que conoce bien a la CNTE, escribió: que “entre otros puntos, demandan aumento salarial justo, la derogación de la reforma educativa de 2019 —a la que llaman Peña-AMLO—, y la abrogación de la Ley del Issste de 2007”.
No debe ser fácil en Palacio Nacional escuchar las voces de maestros en el Zócalo acusándolos de “neoliberales”.
Ayer la Presidenta respondió que no hay dinero para cumplir esas demandas y también aseguró que “hay diálogo permanente”; hoy está claro que ese diálogo no ha traído soluciones. Veremos cómo termina eso.
Luego, la visa de la gobernadora de la que no sabemos nada, pero algo no anda bien.
Y está la votación del próximo 1 de junio.
Una cosa sí tenemos asegurada, como bien lo escribió ayer Sergio López Ayllón: “esta reforma solo agrava las deficiencias (del Poder Judicial) y genera otros problemas que dificultarán aún más el acceso de los mexicanos a una justicia pronta y expedita”. El batidillo del nuevo Poder Judicial solo dejará las cosas peor y eso, pues los ciudadanos lo habrán de cobrar a quien lo propuso, empujó y realizó.
Luego, por supuesto, Trump. Lo que empezó con aranceles —asunto que no ha terminado— está ahora en retiros de visas y cada vez mayores presiones sobre colaboración en seguridad.
Y es en medio de todo esto que sucede el asesinato de dos de los colaboradores más cercanos a la jefa de Gobierno.
Frente a tal acumulación, más la economía parada, creo que vale la pregunta ¿quién opera desde Palacio? Porque en el gabinete no se nota mucha eficacia.