Estos extraños quince días

Ciudad de México /

Se cumple mañana la primera quincena de un nuevo gobierno federal. Para los recién llegados la cosa no ha estado sencilla; los que se debieran ir, pues no se acaban de ir; los que llegan no tienen claro dónde ponerse; es como si los que las ocuparon los últimos seis años no quieren abandonar sus oficinas. Aguántame que estoy empacando, parecen decir.

Más la violencia desatada en Culiacán o Chilpancingo o… ponga usted el nombre de otra ciudad, más un par de huracanes y pues queda claro que el verdadero inicio del sexenio aún tardará. Durante la transición algunos miembros del equipo de Claudia Sheinbaum decían, entre broma y veras, que después de lo sucedido entre junio y octubre quedaba claro que, con suerte, para enero de 2025 ya arrancaría en serio el tiempo de Sheinbaum.

Auméntele usted lo de la reforma judicial —basta ver el mal espectáculo de la tómbola de estos días— y pues queda claro en qué raro momento estamos en la vida política del país.

Si, de alguna manera, el nuevo gobierno ha tenido problemas para ocupar el lugar que le corresponde, los que de plano se fueron de vacaciones son los que se dicen partidos de oposición. Digo “se dicen” porque cada vez queda menos claro si lo son o si su definición de oposición es la que la política y el sentido común entienden. ¿Dónde están? ¿Alguien los ha visto?

¿Tienen algo que decir sobre lo que sucede en Culiacán? ¿Sobre la tombola? ¿Sobre la estrategia de seguridad presentada por la Presidenta hace unos días? Y cuando pregunto algo que decir no me refiero a poner un par de posts en X desde la comodidad de su hogar, aunque cada vez más los que se creen políticos piensan que esa es la manera de hacer política.

Siempre es más sencillo descansar un sábado y mandar un comunicado para justificar —eso sí, muy ofendidos— su ausencia el día de la penosa tómbola. Pues sí, debieron estar ahí para al menos reírse de los otros. La política no se hace borrándose, ausentándose, menos la de la oposición frente a la poderosa mayoría del partido hegemónico.

Pero eso ha sido su elección. Borrarse, desaparecer. Dedicarse a hacer cuentas entre ellos de a cómo les va ir los próximos años con el dinero que les da el INE y lo poco que gobiernan. Mientras los otros se hacen bolas con la tómbola al tiempo que ejercen, accidentados, todo el poder que tienen.


  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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