Antes de que se terminara el sexenio, el equipo más cercano a Enrique Peña Nieto comentaba en privado que uno de los principales errores de aquellos años, si no es que el principal, había sido atraer la investigación del caso Ayotzinapa y, por lo tanto, padecer durante el resto del gobierno las consecuencias políticas de una investigación que, como se ha demostrado, resultaba imposible de solucionar y dejar a familiares, organizaciones y medios satisfechos.
En sus conversaciones con Mario Maldonado, el ex presidente aceptó que aquella decisión había sido su más grave error político. “Nos empezamos a meter, a involucrar ya desde el aparato del Estado federal, pero originalmente lo que nos traía ocupados y con otro dolor de cabeza fue la huelga del Politécnico; había empezado a marchar por la reforma (educativa) y en la entrada de la institución se estaban sumando ya varias escuelas. Ya nadie se acuerda de eso”.
Desde el día siguiente de la trágica noche de Iguala, la fiscalía local había comenzado a investigar, había arrestado a buena parte de la policía de la ciudad y otros presuntos responsables; tenía confesiones y relatos que, seamos honestos, eran muy similares a los que las fiscalías federales, en aquel sexenio y el pasado, así como comisiones especiales, han logrado. Y sí, ni la fiscalía local ni las actuaciones de las fiscalías federales de dos sexenios ni nadie ha podido encontrar a los jóvenes desaparecidos. La intervención federal tampoco ayudó demasiado para que el Ejército colaborara con la investigación.
El mayor costo local fue el arresto del presidente municipal de Iguala y en términos políticos, la renuncia, pedida desde los Pinos, del gobernador Aguirre unos meses después. Pero todo el peso de aquella tragedia cayó sobre Peña Nieto y su procurador Jesús Murillo Karam.
Ayer, el fiscal Alejandro Gertz anunció que está recibiendo los expedientes de la fiscalía local sobre Teuchitlán para, en pocos días, atraer el caso como había anunciado la presidenta Sheinbaum.
A decir del propio Gertz, hasta donde ha visto, los meses que han pasado desde el primer descubrimiento del rancho han sido tiempo de omisiones serias de la fiscalía local.
A partir de que lo atraiga, la responsabilidad frente a la ciudadanía de todo el país será suya y, por lo tanto, de la Presidenta. Así fue hace un sexenio. Así será. Más vale que lo hayan aprendido.