La Guardia que llega tarde

Ciudad de México /

Ayer por la mañana llegaron a Tijuana 500 agentes de la Guardia Nacional, los cuales serán desplegados en los diferentes municipios de Baja California.

Esto informó el general de brigada Antonio Melchor Ruiz, quien negó que el arribo haya sido una respuesta tras el ataque armado del fin de semana en San Vicente, Ensenada.

Ese ataque a plena luz del día dejó 10 muertos y nueve heridos.

“La llegada de los miembros de la Guardia Nacional a Baja California no es una respuesta a los recientes hechos, ya estaba programado su arribo a la zona noroeste del país. Provienen de la Ciudad de México y permanecerán en el estado dependiendo los resultados que arroje la estrategia de seguridad”, dijo Melchor Ruiz.

Agregó que todavía no saben cómo se repartirán en los municipios de la entidad.

En enero habían llegado 500 elementos de la Guardia Nacional a Tijuana, después de terminar el año con un serio aumento en homicidios y hechos violentos. En estos primeros meses las cosas no están mejor.

Ayer el CCE de Tijuana emitió un comunicado que dice: “Si hay estrategia de seguridad no está funcionando, si existe coordinación no se está demostrando. Los criminales le han perdido el respeto a la autoridad. Los últimos acontecimientos denotan que es urgente revisar la estrategia de combate a la delincuencia y las estructuras que la soportan”.

El ejemplo de Baja California —afectado, evidentemente, por el tráfico de fentanilo y otras drogas químicas, esas que el Presidente dice que no se hacen aquí— es solo una de varias regiones del país donde las cosas siguen mal y en algunos casos peor.

No es culpa de la Guardia Nacional, por supuesto, menos cuando la mandan tarde.

La situación en esas regiones es por el evidente fracaso de la estrategia general de seguridad del gobierno que ha ignorado o debilitado o despreciado la construcción de fuerzas policiacas locales y el fortalecimiento de los sistemas de justicia estatales.

La obsesión centralista en seguridad ha, además, quitado responsabilidad política a los gobiernos estatales que cada vez más se lavan las manos. Ese centralismo será una de las cosas más complicadas de corregir después de 2024.

Desde el centro, mandando de 500 en 500 después de las tragedias —aunque no se manden por eso, dice el general—, pues no se evitan las tragedias. Parecería obvio, ¿no?

  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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