Metidos como andamos en los asuntos de las corcholatas, el llamado plan B que acabaría con el INE y la certeza que provee a las elecciones, el caos jurídico en el que andaremos los próximos meses con las impugnaciones jurídicas a dicho plan, la aceleración de la competencia entre candidatos a los muchos puestos de elección en juego… hemos dejado fuera de la discusión pública, al menos hasta ahora, un fenómeno que puede alterar muy seriamente la joven democracia mexicana: la violencia e intervención del crimen organizado en las elecciones y la vida política mexicana.
En los últimos años la intromisión del crimen en las elecciones ha crecido. Los cambios en las dinámicas criminales han convertido al control sobre gobernantes y fuerzas de seguridad locales en un bien anhelado por los grupos.
Data Cívica comenzó hace un tiempo a seguir el asunto de cerca, a buscar y ordenar los datos.
Su más reciente informe dice: “En el periodo de 2018 a 2022 se han registrado un total de mil 26 ataques, asesinatos, atentados y amenazas contra personas asociadas con el ámbito político, gubernamental o contra instalaciones de gobierno o partidos… El año de 2022 (483) ha registrado la mayor cantidad de eventos de violencia criminal-electoral, seguido de 2021 (176)”.
En este informe pusieron particular foco en el estado de Zacatecas que lleva meses sumido en la violencia: “Los ataques del crimen organizado a autoridades locales en Zacatecas aumentaron sustantivamente en el año 2022. En 2019, la entidad registró solo dos de estos eventos; no se registraron ataques en 2020; en 2021, el número ascendió a seis; y finalmente, en 2022 se acumularon 34 ataques —25 de ellos dirigidos contra funcionarios en el área de seguridad, i. e. policías y fuerzas del orden. Como algunos estudios han referido, tales aumentos de violencia entre 2021 y 2022 están en parte asociados a la alternancia partidista en la gubernatura y los cambios que ello implica para las estructuras de seguridad y justicia tras la llegada de nuevos equipos y el desarrollo de nuevas estrategias de seguridad que, a su vez, afectan las redes de protección existentes…”.
Lo que queda claro en Zacatecas, como en otros estados, es que las elecciones son ahora el foco de los criminales.
La pregunta, mi duda razonable, es si alguien en el gobierno está viendo esto, analizándolo y preparando un plan que evite que la elección de 2024, la más grande de la historia, no termine manchada de rojo.
Carlos Puig@puigcarlos