Después de la celebración del domingo, el lunes en la mañana, en el Capitolio, Donald Trump se convertirá en el presidente de Estados Unidos.
Más tarde, según la agenda, firmará decenas de “órdenes ejecutivas”.
Esto será nota del día.
Trump pasó toda la campaña prometiendo lo que haría “el primer día” de su mandato. Muchas de estas promesas tienen que ver con asuntos internos de Estados Unidos o con otras partes del mundo, pero a nosotros nos importan dos asuntos: migración y comercio.
Según lo obtenido por medios estadunidenses, el asunto migratorio estará contenido en tres de estas órdenes.
Una, restablecer el Título 42, aquella política de salud pública utilizada durante la pandemia que permite la expulsión rápida de migrantes en la frontera, impidiéndoles incluso una oportunidad de asilo. Hubo millones de expulsiones del Título 42 desde principios de la pandemia de Covid hasta que el presidente Biden puso fin a la política en 2023.
También se ha anunciado de parte del equipo trumpista a legisladores republicanos que se firmará una orden para utilizar de manera más agresiva una parte de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, 287 (g), que permite que las fuerzas del orden estatales y locales ayuden en sus funciones al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
Y la tercera es el regreso a la construcción del muro fronterizo, la construcción de albergues para retener a los migrantes y la implementación de otras restricciones de asilo.
En lo comercial, parece estar claro que aquello del 25 por ciento era más escándalo; pero sin duda tendrá que hacer algo el lunes al respecto. La información recabada por medios estadunidenses refiere aumentos más pequeños, sí, escalables en el tiempo bajo ciertas condiciones y a productos específicos por razones de origen de contenido o manufactura. Nada bueno, pero no la locura del 25 por ciento.
Y por supuesto que está la amenaza de nombrar a las organizaciones traficantes de droga como “terroristas”. Algo que se ha exagerado con asunto de intervenciones transnacionales y otros absurdos, pero hay un asunto que podría importar. Hoy el FBI es poco relevante en la lucha antinarco. Trabaja de la mano de la DEA pero dedica, por tiempo y agentes, menos aún en el extranjero. El departamento antiterrorismo del FBI es enorme desde septiembre 11, que no lo era. Eso podría tener un impacto.
Pendientes para el lunes. Como sea, no será bueno.