Ayer la empresa de trenes Ferromex informó que “ante el notable incremento de personas migrantes concentradas en diversas regiones del país y el severo riesgo que representa para la integridad de ellas la utilización de trenes de carga para transportarse, Ferromex tiene detenidos temporalmente y hasta el momento 60 trenes, equivalentes a la capacidad de mil 800 camiones, en rutas hacia el norte del país, en las regiones impactadas por esta problemática social y humanitaria”.
La empresa informó que en los últimos días se habían registrado lesiones y fallecimientos entre grupos de personas que “de manera individual o en familias, integradas incluso por niñas y niños, abordaron en su ruta hacia el norte trenes de carga”.
El tamaño de la crisis se resume en un párrafo del comunicado: “sobre los carros de ferrocarril y en el patio de operaciones ferroviarias en Torreón, Coahuila, por ejemplo, se encuentran más de mil 500 personas; en Irapuato, Guanajuato, más de 800; en San Francisco de los Romo, Aguascalientes, alrededor de mil, y en la ruta entre Chihuahua y Ciudad Juárez, más de mil personas ocupan las góndolas de carga”.
El lunes, unos 4 mil migrantes que están en Tapachula esperando un documento que les permita seguir su viaje al norte, desesperados, armaron una especie de estampida para ingresar a las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados. Afortunadamente, no pasó de descalabros de una docena de migrantes.
En la frontera norte, las detenciones siguen rompiendo récord.
Si hay un fracaso rotundo en estos tiempos es la política pública mexicana frente a los migrantes de otros países.
Mucho humanismo, mucho vivan los migrantes, pero en la realidad, en el piso, en los hechos, en lo cotidiano, nada. O peor, dureza y represión.
Frente a la crisis migratoria, ni un centavo más para apoyar a la Comar o, con todo y sus líos, al INM.
En el cálculo político de Palacio Nacional, y ahí todo es siempre cálculo político, esos hechos, ese maltrato, las muertes, no impactan en la popularidad del Presidente. Por desgracia, eso es cierto.
Son los ignorados de siempre.
Nada más ya párenle con lo del humanismo y la admiración a los migrantes y lo de que todo está bien.
No, no está.