Va un poco de historia.
En 2006, fecha de la elección del presidente Felipe Calderón y cuando en el diciembre de aquel año comenzó lo que hoy conocemos como la guerra contra el narcotráfico, hubo en el país 10 mil 542 homicidios.
Un año después, en 2007, con despliegues y guerra, la cifra bajó a 8 mil 867. Una reducción importante de poco más de 15 por ciento. La estrategia, decían los calderonistas, estaba funcionando.
No pasó mucho tiempo para darnos cuenta de que aquello era una ilusión o al menos que nadie tenía claro por qué había pasado lo que pasó en 2007. En 2008, la cifra de homicidios llegó a 14 mil 6, en 2009 fueron 19 mil 803 y terminó el sexenio con 25 mil 967 en 2012. Sí, casi tres veces los de aquel 2007.
Algo similar sucedió en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Se hicieron ajustes, se trasladó la responsabilidad del asunto a la Secretaría de Gobernación, se intentó fallidamente crear otro cuerpo policiaco nacional.
De aquellos 25 mil, se bajaron en 2013 a 23 mil 63, fueron 20 mil 10 en 2014 y 20 mil 763 en 2015. Algo bueno estaba pasando, nos decían.
En 2016 volvió a subir la cifra hasta que en 2018 cerró con un número de escándalo: 36 mil 685. Cifra que se mantuvo muy similar los siguientes tres años. En 2023 se contabilizaron 31 mil 62.
Hasta aquí utilizo los datos del Inegi.
¿Qué pasó en aquel 2007? ¿O qué se hizo diferente, si es que se hizo algo, que en 2014 y 2015 se redujeron los homicidios? ¿Fueron esas reducciones resultado de la estrategia del Estado? ¿Fueron cambios en el mapa y la estrategia criminal? No creo que a la fecha tengamos una explicación certera.
Una cosa sí sabemos, a esas reducciones le siguieron aumentos dramáticos que nos tienen, hoy, donde nos tienen. Cuatro veces por encima de aquel 2007. Un horror.
Recordé estos números y cómo los presumían los anteriores gobiernos ayer después de escuchar la mañanera.
Los números de diciembre, los de los últimos tres meses, son alentadores.
Algunas partes de la estrategia que empieza a verse, diferente a la del sexenio pasado, parecen estar dando resultados. Parece. Es alentador.
Pero ahí está la historia. Omar García Harfuch, por cierto, la conoce por su historia.
Tengamos cuidado con celebrar antes de tiempo. No, en eso tampoco somos Dinamarca. Tenemos 82 homicidios cada día. 82. Tres por hora.