Por si no estaba claro: el próximo embajador

Ciudad de México /

Como si faltaran señales con su gabinete y sus declaraciones, con el nombramiento de Ronald Johnson como próximo embajador de EU en México, el presidente electo Donald Trump lo ha dejado absolutamente claro: el asunto que más le interesa es el de la seguridad/tráfico de estupefacientes/criminalidad. Y la cosa no va a estar sencilla ni agradable.

Llega un hombre formado, entrenado, esculpido en las fuerzas armadas, las agencias de inteligencia estadunidenses y con mucho conocimiento de lo que sucede en ese ámbito en América Latina desde hace tiempo. Para colmo, su última misión antes de retirarse fue como embajador en El Salvador, donde se hizo muy amigo, colaboró y aplaudió al presidente Bukele en su obsesión por meter a los más posibles a la cárcel bajo un régimen de excepción.

“Juntos vamos a poner fin a los crímenes de los migrantes, detener los flujos ilegales de fentanilo y otras drogas peligrosas a nuestro país, y hacer a Estados Unidos seguro otra vez”, escribió Trump al anunciar su nombramiento.

Se acabó el embajador buena ondita, el del sombrero, siempre sonriendo, diciendo cosas que a todos complacen porque a nadie importan.

No. Profesionales como Johnson, quien seguramente será ratificado como embajador, no buscan la fama pública, ni andarán haciendo declaraciones irrelevantes. Viene a trabajar, seguramente porque sabe que solo así se avanzará en los objetivos del gobierno trumpista, querrá que se vuelvan a tejer los hilos de colaboración rotos el sexenio pasado y, al mismo tiempo, será como cualquier militar y hombre del aparato de inteligencia estadunidense, un “duro” en cualquier negociación con el fin de cumplir las metas que le han fijado.

Hemos tenido —no demasiados— varios profesionales como embajadores de EU en México. Nunca en este rubro.

Queda claro que las negociaciones comerciales y económicas irán por otras vías. Pero tal vez la presidenta Claudia Sheinbaum debería pensar en nombrar a un interlocutor principal de parte de su gobierno con el embajador Johnson. No es sencillo lidiar con un hombre del perfil de quien encabezará la delegación estadunidense. No es imposible, pero se necesita un conocimiento y una habilidad muy particulares.

No nos confundamos. La señal es clara y es muy seria. Con eso habrá que lidiar.


  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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