Apunta Ioan Grillo en su libro Blood, Gun and Money que Rápido y furioso ha provocado al menos tres teorías de la conspiración.
La primera, popular en EU, es que fue una creación de Barack Obama para provocar un gran escándalo alrededor de la venta y uso de armas para, entonces, poder restringir la manera en que se distribuyen y venden armas en EU. Esta teoría fue impulsada por la National Rifle Asociación (NRA) y sus legisladores favoritos.
La segunda, más popular en México, es que EU permitió la venta de armas a cárteles mexicanos para desestabilizar al país, crear caos y entonces hacer más sencillo someterlo.
La tercera teoría de la conspiración tiene que ver con dónde terminaron las armas que cruzaron la frontera: muchas de ellas, no todas, terminaron en manos de miembros del cártel de Sinaloa. La teoría es que el gobierno de EU, o alguien en el gobierno estadunidense, hizo un trato con El Chapo para que pudiera traficar drogas y lo proveyó de armas.
Ahora la fiscalía mexicana ha judicializado un agregado a esta teoría: que en ese trato entre EU y El Chapo estuvieron también Genaro García Luna, entonces secretario de Seguridad Pública, y algunos de sus subordinados, aunque la fiscalía no precisa cuáles son los delitos por los que los acusa.
Para cada una de esas teorías hay algún hecho, pequeño o grande, que parece darles la razón y otros hechos que se la quitan.
En las investigaciones que han hecho autoridades federales, locales y legislativas de EU, así como libros y reportajes, nunca se había mencionado la conspiración que sustentaría lo anunciado por la FGR el domingo. La fiscalía dice que García Luna y los otros estuvieron en una conspiración que provocó la muerte de agentes estadunidenses en ambos lados de la frontera. ¿No lo supo el gobierno de EU? ¿Se la dejaron pasar?
Ni el primer “soplón”, John Dodson, un agente de la ATF que denunció Rápido y furioso y publicó un libro, cree que hubo conspiración alguna.
Entiendo que nos preguntemos por qué el gobierno mexicano lo permitió cuando se enteró de lo que estaban haciendo. Pero habrá que recordar que, respecto a su “guerra contra el narco”, ese gobierno lo permitió todo, y no me refiero a cosas buenas, sino a brutalidades que aún lamentamos y padecemos. Eso no es una conspiración, solo es, pues eso, un mal gobierno.
@puigcarlos