Reconstruir o reimaginar Acapulco

Ciudad de México /

El Presidente presentó ayer en la mañanera los primeros planes para reconstruir Acapulco, para regresarlo, por lo menos, a lo que era.

En resumen, lo que ha planteado con un costo de 61 mil millones de pesos es la ayuda directa bajo el nombre de varios de sus programas sociales, dinero para reparación de casas que, según el daño, va de 8 mil hasta 60 mil pesos, entrega de despensas y aparatos domésticos y dinero para reparación de infraestructura, algunos créditos y la dispensa de pagos e intereses en deudas y pagos al gobierno.

Todo esto, sin duda, ayudará a la emergencia. Pero ¿qué más?

Este no es un Presidente de largos plazos. Sus plazos son los suyos, sus tiempos gobernando. No es un hombre de paciencia como ha demostrado en cada una de sus obras que quiere, insiste, inaugurarlas él —más allá del estado en el que estén—. Hay en esto, por supuesto, un aprendizaje del pasado; ninguno más evidente que el tren México-Toluca (que, por cierto, creo hoy será la única de sus obras que no inaugurará completa). Pero eso tiene consecuencias. Los grandes proyectos no se hacen, muchas veces, ni en seis años.

Menos los planes de reconstrucción de una zona devastada como lo que hemos visto en Acapulco, tampoco.

Pondré un ejemplo que, creo, puede ser cercano a lo que ha sucedido y tendría que suceder en Acapulco.

Después de Katrina y el rompimiento de los diques que inundaron Nueva Orleans, el gobierno federal creó un programa de ayuda administrado por el estado de Luisiana y la ciudad llamado Road Home, que consistía en dar dinero directo a ciudadanos que habían visto sus casas afectadas por las inundaciones que tenía que ser invertido en la reparación del daño. Según las cifras oficiales, entre 2005 y 2018 el programa repartió 9 mil millones de dólares a aproximadamente 130 mil dueños de casas. La reconstrucción duró más de una década y en sus últimos años ayudó también con “pequeñas rentas”.

Ahora, el programa como tal oficialmente duró hasta febrero de este año porque tuvo que demandar legalmente a unos 3 mil beneficiados porque los agarraron usando el dinero para reparaciones no contempladas en el programa, cuyo objetivo principal era que las casas fueran “elevadas” para evitar nuevas inundaciones.

Es decir, la ciudad se pensó diferente para evitar un nuevo desastre.

Eso no se ve en el programa del gobierno. Tal vez porque eso lleva tiempo y más dinero.

  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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