Las Casas Violeta, donde se refugiaban mujeres maltratadas en Tamaulipas, ya fueron cerradas. Un retroceso. Activistas demandan que el gobierno electo rescate su operación una vez que entre en funciones, porque en el estado todos los días y a toda hora hay víctimas de violencia familiar.
Hasta el último reporte de este año, 6 mil 450 mujeres habían pedido auxilio al 911 al estar siendo agredidas en su propio hogar. Ese era el punto de partida para el protocolo de Casa Violeta, pues quien aceptara el apoyo gubernamental era enviada a un espacio seguro donde podía permanecer por 72 horas junto con sus hijos y se le brindaba atención médica, psicológica y jurídica, en tanto decidía cómo reconstruir su vida.
Si bien no todas fueron canalizadas a las Casas Violeta, pues muchas optaron por recurrir a sus familiares o amistades al verse envueltas en uno de estos episodios que pudo terminar en tragedia, fue sin duda un respaldo esencial para quienes no tenían adónde ir en medio de una madrugada violenta.
Sobre el tema, Martha de la Cruz, activista de la colectiva feminista Mujer Manglar, lamentó que desde el 30 de agosto hayan cerrado sus puertas las cuatro Casas Violeta que creó el gobierno saliente para atender la violencia que sufren las mujeres en Tamaulipas.
Pidió al gobernador electo, Américo Villarreal Anaya, rescatar estos espacios y destinar un mayor presupuesto a los programas de prevención y contención de la violencia de género.
Y es que la violencia contra ellas está en los hogares, en los centros de trabajo, en las calles, en las escuelas… Es principalmente psicológica, pero son sobre todo las amas de casa quienes la vienen padeciendo de una manera sistemática y con golpes de quien un día les prometió amor y respeto por siempre.
El Instituto Mujeres Tamaulipas dio a conocer que las instalaciones fueron cerradas al concluir el fideicomiso creado por decreto del gobierno estatal, terminando así la función de los inmuebles que operaban las 24 horas de los 365 días del año.
Se indicó que ahora la atención se dará a través de la propia dependencia estatal, pero no es en horario de oficina cuando se recrudece la problemática. _