Se cumplen 11 días desde que Claudia tomó el poder, días por demás muy movidos comparados con el sexenio anterior, muchos dimes y diretes en todos los niveles, una oposición que más que atacar a la presidenta, está con todo contra los de Morena, un partido en el poder que llegó al parecer con motosierra y queriendo ajustar las tuercas desde el principio, con cambios, acuerdos y un necesidad imperante por darle paso a la conformación del nuevo poder judicial.
Una moneda que de a poco se ha venido equilibrando, y tertulias de café que siguen y seguirán seguramente hablando de la primera mujer que ha tomado las riendas de este país.
La presidenta así con a, como ella lo pidió, desde el 2 de octubre arrancó con sus mañaneras que han venido para quedarse, muy a su estilo y la verdad con mucho mayor detalle estético que las de AMLO, han sido frescas, concretas y al menos en estos días reveladoras.
Varias acciones en marcha, producto de sus dichos de tiempo atrás, como ella lo mencionó un nuevo humanismo mexicano está entrando por la puerta grande, en donde la frase: prosperidad compartida está retumbando como un slogan que pretende quedarse, sumándose al deseo de generar bienestar para los desfavorecidos y con ello según Claudia, acabar de una vez con el neoliberalismo.
Además, no llegó sola llegaron todas, con su discurso de toma de posesión dejó de relieve cómo por fin después de 200 años, las mujeres están entrando en acción política en las más grandes cúpulas; el sexenio de la mujer ya le llaman algunos.
Para Hidalgo creo y esto es a título personal, pueden venir si se manejan bien, buenos años de bonanza, no tengo memoria de que en algún discurso presidencial se mencionara a Pachuca y esto ocurrió el primero de octubre, cuando ella habló de al menos 2 grandes proyectos, el tren Pachuca México que para el 2027 deberá funcionar y el sueño del parque de economía circular único en su género a nivel mundial, limpiando Tula en su totalidad.
Ya veremos que habrá.