La instalación de la LXII Legislatura deja en evidencia la realidad política que se vive en Puebla; Morena es una aplanadora, el PAN se encuentra en decadencia al quedar relegado como la cuarta fuerza política y ni hablar del PRI que quedó en la última posición.
La designación de las diputaciones plurinominales hechas por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación terminó por enterrar al bloque opositor dentro del Congreso local.
Otorgarle siete espacios a Morena y uno al PVEM para restarle curules a Acción Nacional, al PRI y a Movimiento Ciudadano evidentemente debilitó a la oposición.
Con tan solo cinco diputados locales, el partido blanquiazul se ubica como la cuarta fuerza en el Poder Legislativo, quedando lejos aquellos años en los cuales era la principal fuerza política en Puebla.
Y ni hablar del PRI, que únicamente tendrá una representación, siendo superado por Nueva Alianza y Fuerza por México, partidos políticos que por sí mismos no representan un gran capital pero que sumados a la Cuarta Transformación han adquirido poder.
El Tricolor actual está lejos de ser el instituto político todopoderoso que en algún momento fue y del cual únicamente quedan rastros en los libros de historia.
Por otro lado, el Partido Verde Ecologista demostró un crecimiento enorme en los últimos tres años, pasando de tener un solo diputado local, a conformar una bancada con siete integrantes y con ello, colocarse como la segunda fuerza en el congreso local.
Sin embargo, también hay que reconocer que los pasos agigantados que ha dado el PVEM han sido en gran medida por el impulso que le ha dado Morena y la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador, así como el desmarque que hizo del PRI y que había sido su aliado histórico.
Sobra decir que el Partido del Trabajo será la tercera fuerza dentro del Poder Legislativo poblano, producto de la mega coalición de la Cuarta Transformación, manteniendo un nivel similar al que tuvo en las últimas dos legislaturas.
Al menos por los próximos tres años el PAN y el PRI se verán reflejados en la decadencia, viendo de lejos sus días de gloria y poder.