Permiso para odiar

Laguna /

En Estados Unidos, más de 220 grupos de odio alimentan diariamente la discriminación, la xenofobia y el racismo contra migrantes mexicanos y otras minorías, reportó Grupo Milenio.

Estas organizaciones se sostienen ideológicamente sobre cimientos supremacistas, exacerbando identidades nacionales que convierten la intolerancia en bandera y la exclusión en norma.

La hostilidad no es sólo discursiva, sino profundamente material, afectando vidas concretas con consecuencias reales.

El crecimiento y fortalecimiento de estos grupos no es por generación espontánea. 

Por el contrario, responden y se nutren del discurso político contemporáneo, que muchas veces les ofrece una peligrosa legitimidad.

Cuando líderes políticos adoptan retóricas abiertamente hostiles hacia las minorías, estos grupos ven reforzadas sus posiciones y su capacidad de movilización. 

El odio, así, se institucionaliza de manera indirecta pero efectiva.

La banalización del mal sucede cuando una sociedad comienza a normalizar lo inaceptable. 

En este sentido, la proliferación de grupos de odio está lejos de ser un síntoma aislado, quizá es un reflejo preocupante de una sociedad que ha permitido, consciente o inconscientemente, la erosión de sus propios valores democráticos e inclusivos.

El desafío no solo consiste en denunciar y desarticular estos grupos, sino en reconstruir los tejidos sociales que su discurso intenta desgarrar. 

Es decir, crear dinámicas de empatía que aíslen y señalen automáticamente al odio. 

Se requiere repensar profundamente la manera en que las sociedades democráticas gestionan la diversidad cultural y las diferencias identitarias.

Si la vida democrática pretende sobrevivir y fortalecerse en estos tiempos convulsos, debe confrontar con decisión el odio, pero también las condiciones que lo generan. 

La lucha contra la discriminación y la intolerancia necesita ser cotidiana e institucional.

Lo que está en juego no es la dignidad de otros, sino la de todas las personas.

Porque cuando la humanidad compartida se debilita, nadie queda realmente protegido.


IG @davidperezglobal

  • david pérez

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