La inteligencia artificial ya no es una promesa futura: es el centro del mayor ciclo de inversión que ha vivido la industria tecnológica. Los reportes corporativos trimestrales lo confirman: la demanda existe, los ingresos crecen y, por ahora, las utilidades acompañan. El problema no es ese. El problema aparece cuando casi todo el mercado apuesta al mismo motor y, además, lo hace a través de un ecosistema profundamente entrelazado.
Las empresas tecnológicas llamadas “siete magníficas” explican buena parte del desempeño reciente de los mercados. En conjunto acumulan rendimientos de 21.7 por ciento en lo que va del año y de 37.2 por ciento anualizado en la última década. Sin embargo, una sola semana de dudas en noviembre fue suficiente para borrar más de un billón de dólares en capitalización. No fue pánico: fue una señal de lo sensible que se ha vuelto el sistema ante cualquier cuestionamiento.
La inversión en IA crece a ritmos excepcionales. En algunos casos, el gasto de capital (Capex) se ha duplicado o triplicado en un solo año. El reto es que se trata de infraestructura con ciclos de vida cortos, alta depreciación y retornos que aún deben probar su estabilidad. Los balances, en general, resisten, pero no todos parten del mismo punto. Oracle opera con un endeudamiento elevado; Meta ya mostró que incluso en este ciclo pueden aparecer sorpresas; y OpenAI concentra compromisos contractuales de una escala que deja poco margen de error.
El riesgo central está en la interrelación del ecosistema. Nvidia vende a casi todos y, al mismo tiempo, participa en varios frentes. OpenAI articula alianzas con Microsoft, Oracle y proveedores de infraestructura. Broadcom, CoreWeave y SoftBank completan una cadena donde hardware, nube, software y financiamiento avanzan al mismo ritmo. Esta integración acelera el crecimiento, pero también sincroniza los riesgos. Si una pieza se desacopla, el impacto no será marginal ni aislado.
A esto se suma la concentración del mercado. Las diez mayores empresas tecnológicas representan cerca del 39 por ciento de la capitalización del S&P 500. Los fundamentos son más sólidos que en la burbuja puntocom, pero la dependencia de un solo tema es evidente. Cuando todo está conectado, el error se propaga más rápido.
¿Hay una burbuja? No necesariamente. Hay expectativas muy exigentes y un sistema demasiado correlacionado. Para los inversionistas, la conclusión es clara: la IA es un gran tema, pero el riesgo ya no está solo en cada empresa, sino en la red que las conecta. En este entorno, la selección cuidadosa y la gestión del riesgo sistémico no son sofisticación: son prudencia básica.
Alfa Positivo. Durante la conferencia de prensa matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, la directora general de la Comisión Federal de Electricidad, Emilia Calleja Alor, informó que CFE impulsará cinco proyectos prioritarios de generación firme, principalmente de ciclo combinado, que aportarán cerca de 3,000 megawatts (MW) de capacidad adicional, con una inversión estimada de más de 80,000 millones de pesos.