México y la elección del norte

Ciudad de México /

Como en pocas ocasiones, el proceso electoral estadunidense ha estado lleno de sorpresas y eventos inéditos: un único debate en el que el desempeño del presidente Joe Biden fue, según muchos analistas, el peor en la historia; un atentado fallido contra el ex presidente y hoy de nuevo candidato republicano, Donald Trump; la renuncia del presidente Biden a la candidatura demócrata apenas el domingo pasado.

En este proceso, Trump, quien por el momento va de puntero en las encuestas, ha colocado a México como uno de los protagonistas de la campaña estadunidense, pues el ex presidente ha hecho múltiples declaraciones que nos involucran en lo que corresponde a temas migratorios y comerciales.

No debe sorprender que este tipo de menciones tengan lugar en la retórica electoral estadunidense. Lo que debe analizarse con detenimiento es el tipo de medidas que se plantean y el contexto en el que ocurren. En el aspecto comercial, México, al haberse convertido desde hace ya un par de años en el primer socio comercial de EU, puede ser visto por cierta parte del electorado como un adversario económico y un extractor de empleos, sobre todo si Trump afirma que actualmente China está construyendo fábricas en México para exportar carros a EU. Esto hace electoralmente rentable proponer medidas de proteccionismo comercial ante ciertos productos mexicanos, en particular aquellos en los que somos más competitivos, como son las manufacturas.

Pero una cosa es lo electoral y otra lo económico. Trump ha aprovechado la amenaza de China y la percepción de México para prometer un endurecimiento de la política comercial: habría que preguntarse si esto es, en los hechos, posible o rentable para EU. En primer lugar, existe un tratado de libre comercio entre los dos países y Canadá, el T-MEC, que impone reglas de origen y condiciones de integración bastante claras.

Desde luego los países integrantes podrían intentar, en 2026, año de su revisión, cambiar algunas definiciones sobre estas reglas de origen o establecer aranceles universales por encima del tratado, pero deberán tomar en cuenta que, al final, el T-MEC ha traído ganancias para todas las partes y ha permitido a la región competir con China.

De acuerdo con The Brookings Institution, un importante centro de estudios de Washington, el comercio intrarregional ha crecido a tasas anuales de dos dígitos con el T-MEC, lo que ha convertido a México y Canadá en los dos principales socios comerciales de EU, con volúmenes de comercio en bienes 44 por ciento superiores a los que este país tiene con China. En lo que corresponde a la inversión entre estas mismas naciones, el tratado ha facilitado un crecimiento de 134 por ciento en la región.

Por otra parte, la amenaza de un endurecimiento de las negociaciones comerciales con México, el primer socio comercial de EU, con el argumento de que nuestro país es por donde China quiere eludir los aranceles a las importaciones norteamericanas del país asiático, no parece fácil de cumplir aun si no hubiera ningún tratado. El mercado estadunidense es sumamente demandante y, tras haber desplazado a China y adoptado a México como su principal proveedor, imponerle aranceles equivaldría a subir los precios de los productos finales que hoy consumen en aquel país, afectando a amplios grupos sociales en EU. De hecho, este incremento de precios generaría presiones inflacionarias. Suena, en principio, poco plausible ejecutar una medida de esta naturaleza.

En resumen, si bien las constantes sorpresas, incertidumbre y estridencias en el proceso electoral del norte anuncian tiempos de volatilidad en mercados financieros, México está en una muy buena posición para seguir aprovechando la integración regional en materia comercial y de inversión. En la medida en que el próximo gobierno implemente el tan necesario Plan Nacional de Infraestructura que ya la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ha planteado, mayores serán las posibilidades de atraer inversión de EU y Canadá, y así optimizar nuestra planta productiva para potenciar el crecimiento de cara a las próximas administraciones de ambos países.

Alfa positivo. México se mantiene en la lista de los más cumplidos respecto de la agenda 2030 de la ONU al haber presentado, la semana pasada, su cuarto informe nacional voluntario ante el foro político de alto nivel del organismo. Destaca en los avances la reducción de la pobreza en más de 5 millones de personas.


  • David Razú
  • Economista dedicado a temas de finanzas, inversiones y previsión social. Director General de Afore XXI Banorte.
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