Para quienes tienen la costumbre de referirse con desdén hacia las economías del sur del país, vivimos momentos en que la evidencia contradice sus dichos. De acuerdo con las mediciones del Banco de México, en 2023 la región sur del territorio, conformada por los estados de Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, hiló dos trimestres consecutivos con el mayor crecimiento económico a escala nacional. Al segundo trimestre de este año, la región mostró un crecimiento de 2.39 por ciento en comparación con el primer trimestre de 2023, bien por encima del promedio del país (0.83).
Además, en los últimos tres años la región sur pasó del último lugar de desempeño económico del país al primero. Particularmente, las entidades con el mayor crecimiento en comparación con el segundo trimestre del año anterior fueron Tabasco, Oaxaca y Quintana Roo, con 10.7, 8.3 y 8 por ciento, respectivamente, muy superior al promedio nacional, que fue de 3.7.
Son muchos los sectores en los que la región sur se ha destacado, tales como turismo, comercio al por menor o preparación de alimentos y bebidas, pero uno que vale la pena anotar es el de la construcción. El crecimiento en este sector, en su vertiente privada, alcanzó 72.5 por ciento anual y 32.9 trimestral, según la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC), al segundo trimestre de 2023. Un factor que explica esto es el incremento del turismo que ha inducido mayor interés en la compra de propiedades para su arrendamiento en modelos ya sea tradicionales o de plataformas digitales.
La construcción pública, por su parte, se ha visto impulsada por el Tren Maya, el aeropuerto de Tulum y el puente de la Laguna de Nichupté, en Cancún, así como por trabajos carreteros en Oaxaca para la conformación del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, entre muchas otras obras, incluidas la remodelación de planteles educativos y edificación de nuevos hospitales, por citar algunos.
En suma, los últimos años han traído al sur posibilidades de crecimiento que hace mucho no se veían y el sector inversionista está aprovechándolo, convirtiendo el momento en un círculo virtuoso donde a más oportunidades, mayor inversión y mayor desarrollo que, a su vez, abre nuevas y mejores etapas de expansión.
Siempre se ha hablado de la importancia de un desarrollo regionalmente más balanceado como un elemento para el crecimiento sostenido del país. Hoy esto está ocurriendo. Sin duda las regiones con centros manufactureros que exportan a Estados Unidos siguen desarrollándose y gracias a la relocalización (nearshoring) tienen gran potencial para la inversión. Hoy a esto se suma un sur vigoroso que está resultando cada vez más atractivo, rentable y propicio para el desarrollo de sus comunidades.