Trump y el peso

Ciudad de México /

En los últimos diez días el peso se ha depreciado alrededor de 69 centavos (3.6 por ciento) respecto al dólar. Los movimientos en un régimen de libre flotación del tipo de cambio, como el vigente en México, obedecen siempre a diversos factores. Sin embargo, en este caso, hay una variable explicativa con mayor peso que las demás: Donald Trump y la creciente probabilidad que los mercados están asignando a su posible victoria.

El impacto de Trump sobre nuestra moneda tiene dos vertientes que, si bien son distintas, operan en la misma dirección: las globales y las específicas de México.

En las primeras, el dólar se ha fortalecido respecto a prácticamente todas las monedas como resultado de la expectativa de que Trump pudiera cumplir algunas de sus propuestas de campaña, en particular aquellas que tienen impactos inflacionarios, como la reducción de impuestos, el potencial incremento del déficit fiscal asociado a esto y la imposición de aranceles a las importaciones, por poner algunos ejemplos.

Hace unos días, el Comité por un Presupuesto Responsable, ONG estadunidense dedicada al estudio presupuestal de EU, publicó un estudio que encuentra que tanto los niveles de déficit como los de inflación serían notoriamente superiores con las propuestas de Trump versus las de Harris. La expectativa que esta perspectiva genera en los mercados es que habrá mayores tasas de interés, con lo cual crece la demanda por dólares impulsando al alza su valor relativo global. Esto es la mitad de la historia de la depreciación para el peso.

La otra mitad son los factores específicos de México. Por una parte, la amenaza de algunos de los aranceles podría tener un impacto directo en la producción manufacturera mexicana, uno de los principales motores de la economía nacional. Por otro lado, el planteamiento de renegociar el Tratado comercial México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), también puede ser leído como una amenaza a nuestros actuales términos de intercambio. Estos elementos, sumados al frecuente discurso antimexicano del ex presidente Trump, generan incentivos en cierto sector inversionista, particularmente el especulativo, para deshacer posiciones en pesos, provocando con ello una depreciación adicional.

Es difícil predecir la pérdida de valor que podría sufrir el peso frente al dólar ante una eventual confirmación del triunfo de Trump, pero dada la habitual tendencia a la anticipación de los mercados, es de esperarse un ligero desliz adicional, gradual y volátil en los próximos días. Puede ser también que el mismo día de la elección haya una depreciación abrupta, pero de ser el caso, lo más probable es que sea una sobrerreacción que tendería a ajustarse.

En conclusión, el tipo de cambio no debería ser razón para una preocupación de fondo, pues se mantendrá en bandas esperadas. Mayor concentración deberemos dedicar a los desafíos que representará para México una segunda administración de un Trump que, al menos en el discurso, parece bastante más radicalizado que la versión que conocimos hace cuatro años.

Alfa positivo. Esta semana, en Santiago de Chile, tuvo lugar el IV Congreso Hispanoamericano de Inversión Responsable. Además de las ponencias y paneles desarrollados, se formalizó el lanzamiento de la iniciativa Diálogos por el Clima Latam, que puede ser un importante paso para la movilización de financiamiento sostenible en una región que todavía tiene importantes desafíos en el tema.


  • David Razú
  • Economista dedicado a temas de finanzas, inversiones y previsión social. Director General de Afore XXI Banorte.
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