Yo soy Mario Bezares

Ciudad de México /

Quien fue sin duda el principal colaborador de Paco Stanley narra de manera muy puntual su biografía: desde su infancia en Oaxaca, hasta sus inicios como actor de teatro y luego su paso en la televisión, así como su enorme placer por el baile

SERIE PERIODÍSTICA “EL ESTIGMA BEZARES” / CAPÍTULO II


Yo soy Mario Bezares, de nacencia oaxaqueña, en Zanatepec, Oaxaca. A los diez años me llevaron al Distrito Federal, hoy Ciudad de México. Hijo de Armin Rodríguez y de Luisa Bezares, padres ya finados.

Me desarrollé en un ambiente muy familiar y tranquilo. Fui un niño muy cotorro, muy feliz, ahora sí que con todos los sueños que se cumplen en un niño, tanto en cuestiones de regalos y de familia, como de cariño. Siempre lo tuve.

Mi infancia fue maravillosa porque siempre fui una persona, o sigo siendo una persona, muy inquieta, muy traviesa, muy bromista. Fui un niño que nunca se limitó a nada. Me aventaba a todo: ahí en Oaxaca nadaba en ríos desde los cinco o seis años, manejaba bien la honda y con ella bajaba murciélagos de los puentes por donde pasaba el tren.

Siempre andaba descalzo y casi casi desnudo, nada más en puro calzón, sin playera ni nada. Ahí estábamos, alimentando puercos y alimentando gallinas. Zanatepec era un pueblo por donde pasaba el tren. Seguido nos íbamos corriendo a treparnos, porque siempre bajaba su velocidad cuando llegaba a los pueblitos.

Siento que nunca mediamos el peligro como tal, al fin chavos, no tienes esa conciencia de manejar los peligros.

 

Distrito Federal

Siempre me he llevado muy bien con todo el mundo. Siempre he sido una persona muy bromista. Nos vamos luego a la Ciudad de México y es cuando cambia todo. Llegamos a la colonia de los Doctores, a la calle de Doctor Jiménez 312. Estábamos exactamente atrás del edificio de Traumatología del IMSS, que ahora creo que es Hospital Siglo XXI.

Ahí también me vuelvo una persona muy cotorra, de tener muchos amigos, de jugar a la pelota en plena calle, de no medir las consecuencias de que tenían que pasar carros y teníamos que parar la jugada de futbol en lo que pasaba un carro y otra vez nos poníamos a jugar en plena calle.

Estuve a punto de que me atropellaran dos veces por la misma inconciencia, pero afortunadamente no me atropellaron. Mis papás eran unas personas muy alegres y muy muy fiesteros.

 
La artisteada

Desde siempre me llevo muy bien con mis cuatro hermanos. Ya falleció uno de ellos, el más grande, Rodolfo Rodríguez, que fue más dramaturgo y actor. Era el Calixto de Cachún Cachún Ra Ra. Gracias a él me dedico a esto de la artisteada.

Soy licenciado en Turismo, mi especialidad es alimentos, bebidas y hotelería, pero siempre me ha gustado mucho el teatro y el cine. Soy cinéfilo y también teatrero por nacencia y por vida.

Pero toda mi vida artística siempre ha sido incidental, porque tengo una boca grande. Mi boca es más grande que mis actos. Por querer yo cumplir o ayudar, termino haciendo muchas cosas. Así justo empezó mi carrera en la artisteada, para ayudar a un amigo que se llama Guillermo Méndez, que necesitaba un suplente para la obra de Vaselina.

Se define como una persona que sabía hacer amigos. Especial

Te estoy hablando de 1977. Yo le dije “Yo te cubro”, sin saber nada de teatro ni nada. Y ahí empezó toda mi vida. De hecho, un amigo mío, que en paz descanse, José Luis Acosta, me dijo: “Una vez que pises el escenario, va a ser imposible que te bajes”. Yo le dije que no lo creía porque yo era licenciado en Turismo, pero qué razón llevaba José Luis, porque a partir de 1977 que debuto con la obra de Vaselina con Julissa y Benny Ibarra, es cuando empiezo con el medio artístico. Ya no lo he podido dejar hasta la fecha.

 
Bailarín

Yo era un bailador de todos los ritmos. Tomé clases para convertirme en bailarín profesional. Más adelante me convertí en coreógrafo, pero a partir del 77 no paro de trabajar en una obra tras otra. He participado en muchos musicales como José El Soñador, Jesucristo Superestrella, o coreografiando Vaselina con los Timbiriches… También he coreografiado grupos musicales y demás.

Todo esto es lo que me lleva también a la televisión como bailarín, trabajando con un coreógrafo que en paz descanse llamado Milton Ghío y con Ricardo Luna. Como bailarín también hice programas de variedad como Siempre en Domingo, Variedades de Mediodía y Variedades de Medianoche.

Después ya también estudié danza y tomé cursos de actuación para seguir haciendo carrera. En 1987 es cuando me dan mi primer estelar con Anabel, un programa cómico-musical que pasaba todos los jueves por Televisa a las 8:30 de la noche, junto con Carlos Ignacio, Eugenio Derbez, María Alicia Delgado, Ricardo de Pascual, Anabel Ferreira y un servidor.

En ese momento ya empiezo a trabajar directamente en televisión, junto con un director-productor que es Enrique Segoviano, quien me da la oportunidad de asistirlo en la dirección de escena. De ahí es que aprendo a trabajar en televisión.

Luego se termina Anabel y estaba yo dirigiendo TVO con Gabriela Ruffo y Liza Echeverría. Termina TVO y también Ándale, donde estaba Paco Stanley, por lo que deciden fusionar los dos programas, convirtiéndose en uno nuevo que se llama Llévatelo. Enrique Segoviano me da la dirección de escena de ese programa, que era de concursos, y es cuando conozco a Paco, cuando empiezo a trabajar con él.

Paco Stanley

Ya sabía yo quién era Paco Stanley, porque era una persona muy famosa, pero es cuando yo empiezo a tener cierta relación con él y en ese inter me invita a ser uno de los personajes de la obra Don Juan Tenorio que él siempre hacía en septiembre. Acepto gustoso.

Termina Llévatelo y Paco me invita a trabajar con él. Me voy en 1993 a trabajar con él en Pácatelas. El primer Pácatelas se hace junto conmigo, dirigiéndole yo escena, y es cuando me invita a salir al aire. “Te voy a hacer partícipe del programa, te voy a estar invitando, cotorreando, para que cotorrees conmigo”, me avisa.

Yo entraba y salía, entraba y salía, pero me hacía cargo de toda la dirección de escena, junto con los grupos musicales, con todo lo que seguía de comerciales y demás. Ahí es cuando empezamos a hacer muy buena mancuerna. Nos aventamos Pácatelas dos años y ocho meses. Termina Pácatelas y tenemos un receso, yo sigo haciendo teatro por mi parte y demás, pero ya trabajaba directamente con Paco.

Regresamos nuevamente con la segunda parte de Pácatelas, que se termina en el 98 y en diciembre nos vamos a Tv Azteca para hacer el programa Una tras otra, también de revista pero matutino.

Trabajamos en Tv Azteca seis meses. Dentro de esos seis meses hacemos otro programa los sábados, pero nada más se hicieron dos. Se llamó Sí hay… y bien.

Luego ya no se hizo porque es cuando viene toda la desgracia. 

 

(CONTINUARÁ…)

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