¡Wagnermaníacos! Nuevamente muy gustoso de estar con ustedes para hablar de Doña Lucha, sus tejes y manejes, los cambios que ha sufrido a través del tiempo, en los que puedo o no estar de acuerdo. Para eso es este espacio, en el que aplico mi derecho a la libertad de expresión.
Chessman vs Adrián Marcelo es el tema del que voy a darles mi opinión, y empezaré diciendo que efectivamente la lucha libre es un espectáculo, un espectáculo muy real. Todos sus asistentes, su público saben que es un show en el que pueden saltar, gritar, apoyar a su luchador favorito, pero siempre en paz, con respeto, sin perder de vista que se trata de un evento familiar.
Dicho esto, les confieso que no es de mi agrado que lleguen a nuestro deporte personas como Adrián Marcelo, que no cuenta con la preparación pertinente para subirse a un ring y darle al público un espectáculo de calidad.
En el momento en que este señor pise una arena de lucha libre para enfrentar a Chessman, se están rompiendo las reglas que dicta el deporte del pancracio, las cuales son muy claras. Personas ajenas al medio luchístico no pueden subirse a un cuadrilátero de manera profesional.
¿Por qué? La respuesta es muy simple. Porque con este tipo de “encuentros” le estás faltando al respeto al público, a la lucha libre y lo más importante, estás corriendo el riesgo de que esa persona se lesione.
¡Imagínense! Si cae mal, por su falta de conocimiento de la lucha libre.
Definitivamente no cualquiera puede ser luchador. Subirse a la tercera cuerda no es tarea fácil, no se trata solamente de caer encima de tu compañero, tienes que saber caer.
La posibilidad de que cualquier persona se suba a luchar sin tener una preparación previa, es equivalente a que cualquier hijo de vecino entre a un quirófano para extraer un apéndice.
Es una irresponsabilidad tremenda, exponer a la persona que ya mencioné, y faltarle al respeto a la ética de la lucha libre.
Wagnermaníacos se los dejo de tarea, piénsenlo y luego me cuentan su opinión, a través de mis redes sociales.
Y recuerden, que en mi casa y con mi gente, se me respeta. Bien, Bien, Bien.