La noticia bomba de la extradición de 29 capos del narcotráfico mexicano a Estados Unidos representa un paradigma inédito para el sistema de justicia nacional, pues se basó en la interpretación de la Ley de Seguridad Nacional expedida en 2005 por Vicente Fox y modificada en 2020, durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, con el fin de limitar y transparentar la operación de agencias de seguridad norteamericanas en México, y que generó un gran debate en su momento por el catálogo de delitos, amparos y otros artilugios de carácter legaloide que emplean principalmente los inculpados para aletargar los proceso.
Es precisamente lo que se evitó con la operación de extradición, el dejar sin efecto todos los amparos que mantenían a personajes como los líderes de Los Zetas, Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, así como el capo de capos, Rafael Caro Quintero, y Antonio Oseguera Cervantes, hermano del Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, entre otros más como José de Jesús Méndez Vargas, El Chango Méndez de La Familia Michoacana, quien incluso había sido sentenciado en México a 45 años de prisión.
Otros como José Ángel Canobbio, El Güerito, José Alberto García Vilano, La Kena, Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, del cártel de Juárez, que tenían procesos entrampados en juzgados del país y que con ayuda de firmas legales bien preparadas lograron mantenerse en el país, hasta ayer 27 de febrero de 2025.
La Presidenta Claudia Sheinbaum anunció hace una semana que habría cambios a la Ley de Seguridad Nacional, pero nadie se imaginó lo que se estaba preparando. Un movimiento que se hizo desde Palacio Nacional y que llegó hasta Washington con Omar García Harfuch.
Incluso el ex presidente Felipe Calderón, calificó como una “buena acción” del gobierno mexicano el hecho de la mega extradición, pero pidió a las autoridades de Estados Unidos que no disminuyan las sentencias contra los criminales. Y parece que así será, pues Rafael Caro Quintero y otros cinco detenidos que ya están en Nueva York podrían recibir la pena de muerte.
El mensaje parece ser muy contundente, pero todavía falta saber la relación de todo esta operación con el asunto de Ismael Zambada, El Mayo, quien se mantiene precisamente en la prisión de Brooklyn, en donde podrían revelarse muchas cosas del pasado de corrupción y crimen que dejó a México con una violencia policial y delincuencial de sangre.