El estado de Hidalgo quedó posicionado a nivel nacional e internacional y no por las prácticas parlamentarias de los interlocutores legislativos, sino por el primer planteamiento de avanzada que se da en pleno siglo XXI.
El retiro de la punibilidad sobre el derecho de la mujer a decidir si quiere o no ser madre, es un tema que dejó bien a Hidalgo ante la sociedad progresista, ante los medios de otros países –hubo notas de Suiza y de España-, y más allá de los pleitos entre diputadas y diputados por ver quién tiene la razón, está el primer gran paso hacia la independencia de género en la entidad.
Si se revisa la iniciativa para despenalizar el aborto, no se está quitando completamente la pena de prisión para quien cometa el delito de interrumpir la gestación después de las 12 semanas, al contrario, sigue escrito tal y como se planteó hace mucho, con una reducción de años de cárcel, pero al final con castigo tanto a la mujer, como al médico y a las o los involucrados. Sin embargo el tema medular es que ya se avanzó en un tema que debe repercutir en la impartición de la justicia para las mujeres; que deberá ser actualizado cada Legislatura, que habrá más debates, mesas de trabajo, foros, cada vez más diputadas feministas, muy bien.
Por décadas los hombres intentaron abordar este tipo de situaciones y los resultados fueron desastrosos, de lo contrario no habría tantas mujeres víctimas de un “delito” como el querer decidir sobre su cuerpo.
Para los menos entendidos, es como la vacuna anticovid, hay quienes no quieren ponérsela y no por eso son delincuentes pese a que están atentando contra la salud pública, pues si se contagian corren riesgo de morir y propagar un virus. Pero están decidiendo sobre sus cuerpos y están en todo su derecho. _
Eduardo González