Andábame yo paseando

Ciudad de México /

¿Pues dónde andabas, mi bro? Buen rato hace que no te topamos, desapareciste sin decir “nos vemos al ratón”. Preguntamos por ti y nadie nos dio razón. Que a lo mejor te dieron un picahielazo y te mandaron a calacas. Que a lo mejor te guardaron un rato en el penal del Bordo. Que te fuiste al otro lado de mojado y andabas muy deslumbrado con el dólar bien guardado. Que te casaste y la doña te prohibió ver a tus amigototes vagotototes y buenos para nadota. Inchi Cuacuá. Nos tuviste a la banda con pendiente, no fue lo mismo juntarnos en la esquina de la Cuarta y la Tres de la col EdoMex y no escuchar tu risotadas y acostumbrarnos a tu manía de enchinarte o limpiarte a cada instante las pestañas con ambos índices: tus limpiaparabrisas.

Juar-juar-juar, cómo que yo en el penal del bordo, juar-juar-juar: ya no me mantengas, méndigo: mejor convida el toquesín, inchi fumasolo: rola, no seas manchado; como el Piporro, andábame yo paseando por las fronteras del norte: ay qué cosa más hermosa: de Tijuana a Ciudad Juárez, mi rey: pizcando, taloneando, tirando la weva, haciendo mandados: cosa legal, en nada chueco, raza, pa' no arriesgar la integridad del físico, porque a la sombra se padece y pa' qué vacacionar en chirona sí acá afuera el aire fresco circula, raza, circula. Cosa legal nomás.

Así dice el Cuacuá y rubrica con la carcajada y comienza a dar pormenores de sus quehaceres eventuales y de cómo al verse tan solo y triste cuál hoja al viento, aguantaba las ganas de llorar y se concentraba en lo suyo y el fin de semana, luego de cobrar enfilaba a la Zonaja Roja, allá iba a parar para darle el gusto al gusto y al rico vacilón: porque sí hay que matarse en la chamba para ganarse un biyuyo y cumplir con las obligaciones y lo que sobre: pues a disiparse y que el cuerpo reciba lo que se merece en manos de las nenorronas, pus qué pasó: la vida es corta y hay que gozarla, no me quemaba todo el billete en el coto: hacía mi guardadito y mandaba algo para la jefita en el terruño y el resto para mantenerme en la semana, hasta que de plano sentí que extrañaba al barrio, a la family, a la banda. Así la cosa, mi carnal, dice el Cuacuá y rubrica con las risotadas, mete mano al bolsillo y de un tubito de Kolaloca saca el pitillo de verde verdor, checa que no venga patrulla y comienza a darle fuego y luego alueguito el aroma a petate endulza el ambiente, mi parna: dese las tres pero no abuse, que anda escasa y esta moix no cualquiera, eh: bien pegadora, de volón relaja, te pone lacio-lacio, suavecito, en paz con el inmundo mundo y planetas que lo rodean, mi bro: preste, que es nomás probete.

Los chavalos del vecindario se acercan para escuchar al Cuacuá tirar rollo, revivir sus patoaventuras corregidas y aumentadas, sin descuidar el entorno para evitar el apañón: a las vivas, porque las perreras municipales andan bravas y te dejan sin centavo en el bolsillo: tengan varo p'al chesco pero echen aguas si ven a la ley: un chiflido y le caminamos, si quieren money los tiras, que chambeyen. Volvieron las razzias, morros, así que: a las vivas y desquiten el varo p'al chesco, y no carguen compromisos porque la tiranía de ellos se mantiene. Ya saben.


  • Emiliano Pérez Cruz

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